EI Primero de Mayo podría ser la excusa para discutir sobre los males de nuestro mercado laboral y para plantear reformas estructurales que fueran más allá de las contenidas en la reforma laboral, cuyos resultados están a la vista. Pero no será porque las reformas estructurales afectan a grupos de interés económicos, grandes y pequeños, celosos de sus privilegios. Ahí van algunas propuestas

Los mercados financieros son básicos en la asignación de fondos a fines productivos, pero hay que impedir que esos fondos se canalicen a personas o instituciones con conexiones políticas.

Las infraestructuras de calidad (carreteras, electricidad) son determinantes para que las empresas funcionen, pero hay que garantizar que los precios de acceso sean los que corresponden. Las normas para abrir un negocio no se relacionan ni con la productividad ni con la creación de empresas. En España se necesitan 23 días de promedio y 10 trámites, frente a los 2,5 días y 3 trámites en Portugal.

La salud y la educación afectan a la productividad y al empleo a largo plazo. La escolarización hasta el final de la adolescencia, y la lucha contra el fracaso escolar son fundamentales para ampliar las capacidades cognitivas de los jóvenes. También importa la existencia de instituciones eficaces que aseguren el imperio de la ley frente a la corrupción es condición probada de desarrollo. Un poder judicial independiente, responsable y equitativo ayuda al crecimiento si es capaz de exigir cumplimiento de normas que rigen las transacciones y la transparencia.

Para garantizar un mercado laboral de calidad, y por tanto competitivo, se requiere un entorno institucional adecuado, adaptado a las normas de la Organización Internacional de Trabajo (OIT) sobre el derecho de los trabajadores a la información y a la negociación. Esta exigencia de garantías, debe extenderse, en el caso español, a los trabajadores con contratos irregulares.

Temas no faltan, pero sí el interés por abordarlos.