El proyecto para resucitar Tata Hispano se desvanece. El grupo de extrabajadores que pretendía retomar la actividad de la fábrica de carrocerías de autobuses, cerrada hace ahora un año con el despido de cerca de 300 empleados, ha decidido abortar la iniciativa al no contar con la colaboración de Tata Motors. Tras meses de negociaciones, la multinacional india ha decido echar por tierra el acuerdo en el que ambas partes venían trabajando, por lo que los promotores del plan industrial han acordado dar carpetazo al asunto.

Así lo determinó ayer la asamblea de socios de Hispano Aragonesa de Carrocerías (HAC), la sociedad anónima laboral (SAL) creada para impulsar el proyecto por un centenar de extrabajadores, que acordó la disolución de la misma. "Tata Motors no ha tenido voluntad real de negociar y llegar a un acuerdo con nosotros", se lamentaba José Luis Chueca, portavoz del consejo de administración de HAC y antiguo presidente del comité de la fábrica. "Nos sentimos engañados por los indios", afirmó.

El lanzamiento de la nueva Hispano pasaba por alcanzar un acuerdo con dicha multinacional para que le cediera en alquiler las instalaciones y la maquinaria de la antigua fábrica, situada en el polígono Empresarium, así como las licencias de tres modelos de autobuses --el urbano Area, el interurbano Intea y el de largo recorrido Xerus--. HAC asegura que había logrado cumplir los requisitos que Tata Hispano había ido planteando, como el apoyo expreso del Gobierno de Aragón al proyecto --a través de Avalia y Sodiar-- o un aval de cuatro años para el contrato de medio millón de euros.

VENDER LA PLANTA

Tata Motors dio un giro a la negociación la semana pasada al comunicar que rechazaba la última oferta de la sociedad laboral porque prefiere "vender las instalaciones y liquidar los activos" de su filial española, explicó Chueca, que consideró inviable afrontar la compra de la planta: "Se nos va de las manos". "Para Tata no es un problema el dinero, la cuestión es que no ha tenido verdadero interés en nuestro proyecto y solo ha hecho que marear la perdiz", agregó.

HAC contaba ya con un plan de viabilidad y de negocio, que --en caso de lograr un acuerdo satisfactorio con Tata-- contemplaba reiniciar la producción en la segunda mitad de este año con una plantilla inicial de 73 trabajadores. Pero todo ha quedado agua de borrajas a pesar del esfuerzo y la implicación de este grupo de extrabajadores, que tenía previsto recapitalizar sus prestación por desempleo para respaldar financieramente el proyecto. Tampoco ha surtido efecto la intermediación del Gobierno de Aragón, que respaldó decididamente la iniciativa e incluso llegó a contactar con la embajada de la India.