El presidente PSA, Carlos Tavares, afirmó hoy que tiene "pruebas tangibles" de que la situación mejora en Opel-Vauxhall, que el grupo francés integró en agosto pasado tras comprarlo a General Motors (GM), pero se negó a dar cifras y anunció que sólo a comienzos de 2019 hará públicos objetivos y plazos.

La única indicación de Tavares, durante la presentación a la prensa de los resultados financieros de PSA, es que para este año y el próximo no van a centrarse en los volúmenes de ventas de Opel-Vauxhall "sino en la rentabilidad" y previno de "decisiones impopulares, que serán para el bien de los equipos a largo plazo".

"Tenemos pruebas tangibles de que las cosas mejoran" replicó en respuesta a una de las múltiples preguntas que se le hizo para que pusiera cifras a esa evolución, sin éxito.

Sí que destacó que se han reducido los costes fijos en un 17 %, con medidas como las compras en común con las otras marcas de PSA (Peugeot, Citroën y DS) y también los gastos publicitarios.

Avanzó que esa estrategia se va a reforzar y, para ilustrarlo, señaló que en la nueva generación del Opel Corsa, que se fabricará en la planta española de Zaragoza, el número de piezas disminuirá un 40 %.

En cualquier caso, reconoció que la situación de partida de Opel/Vauxhal es "difícil", entre otras cosas porque la relación entre la masa salarial y la facturación es del 15,3 %, un porcentaje peor que el que tenía PSA hace cuatro años, cuando tuvo que ser rescatado por el Estado francés.

De hecho, dijo que los costos de producción en las plantas de la marca alemana son dos veces más altos que en las de PSA en Francia, que, como señaló, tampoco son de los mejores del sector.

En los cinco meses de 2017 en que Opel-Vauxhall estuvo integrado en las cuentas de PSA perdió 179 millones de euros en términos de resultado operativo corriente, cuando en todo 2016 las pérdidas habían sido de 257 millones de dólares (210 millones de euros).

Tavares insistió en que no tiene una posición "dogmática" sobre la forma de actuar con Opel, y reiteró su confianza en los directivos de la marca para establecer la estrategia.

"No hay ninguna guía (para Opel) sobre lo que debe o no debe ser", aseguró, porque quiere que "esta marca sea puramente alemana" y eso implica que "tienen que decidir los alemanes".

El presidente del constructor francés dijo que en unos meses se va a lanzar una reflexión sobre cómo desarrollar Opel fuera de Europa porque "hay oportunidades de exportación" pero la condición previa es mejorar los costos de producción.

Preguntado sobre si GM le ocultó los niveles de emisiones contaminantes de los vehículos en la negociación de la venta y si le pedirá indemnizaciones por eso, no quiso entrar en lo que calificó de "rumores" y aseguró que mantiene una "muy buena relación" con el grupo estadounidense y que mantendrán la cooperación.

Sobre las crecientes exigencias de reducción de esas emisiones contaminantes se mostró convencido de que PSA no tendrá problemas para cumplirlas e indicó que han acelerado los planes para disminuirlas y que desde 2019 cada nuevo modelo tendrá una versión eléctrica.

En cuanto a la filial de componentes Faurecia, admitió que en el futuro podría venderla, pero ahora "no es el momento apropiado" porque considera que todavía son capaces de mejorar su eficiencia y por tanto su valor