La resurrección de los socialistas ya había sido anunciada por Alfredo Pérez Rubalcaba. El pasado 10 de noviembre, durante la conferencia política en la que el partido se dotó de un nuevo proyecto, el secretario general dijo: "¡El PSOE ha vuelto, compañeros, ha vuelto!". Como arenga, tuvo impacto. Pero hasta que no se materialice ante las urnas, el presunto retorno es una simple declaración de intenciones. A poco más de dos meses de las europeas, los socialistas cierran filas en torno a la candidata, Elena Valenciano, para plasmar que han comenzado a dejar atrás el hoyo en el que se metieron durante la pasada legislatura. Todo el partido está volcado en las elecciones. Los favoritos para presentarse a las primarias de noviembre (Carme Chacón, Patxi López y Eduardo Madina) no anunciarán su paso al frente hasta después de los comicios. Y las distintas federaciones, muchas descontentas por su escaso peso en las listas para la Eurocámara, evitan enfrentarse a la dirección.

Resultó significativo que ayer, durante el comité federal que aprobó la candidatura al 25-M, el único discurso en abierto fuese el de Elena Valenciano. Alfredo Pérez Rubalcaba también intervino, pero sus palabras, en las que según varios de los presentes subrayó la importancia de los próximos comicios porque abren un ciclo electoral que continuará con las autonómicas, municipales y generales del 2015, fueron a puerta cerrada. Todo el protagonismo de la campaña recaerá sobre la candidata, mientras el líder tendrá un papel secundario.

BATALLA REÑIDA

Llega un tiempo raro en el PSOE, con el partido más unido que nunca en los últimos años y Rubalcaba en un discreto segundo plano. Solo hasta los comicios; después, las primarias acapararán toda la atención. Los aspirantes ya se mueven, preparan sus equipos, se miran entre sí y sopesan cuándo les conviene postularse.

"El 25 de mayo es el punto de inflexión de la política española. Ahora sí que hay que demostrar que el PSOE ha vuelto, con hechos y con votos", dijo Valenciano. Las encuestas prefiguran una batalla muy reñida, en la que el PSOE, pese a quedar por debajo de sus resultados en el 2009 (entonces obtuvieron 21 escaños y ahora esperan entre 16 y 18), pueden incluso vencer al PP, que le sacó 16 puntos de diferencia en las últimas generales.

Para los socialistas, que preparan una contienda muy ideológica, con el empleo y las libertades como grandes ejes, resulta indispensable movilizar a su electorado tradicional, que en una parte importante se mueve entre la abstención y el apoyo a opciones como IU. Por eso han diseñado una precampaña larga, con Valenciano designada como candidata desde hace más de un mes, mientras que los conservadores no han elegido a su contrincante. Y por eso, también, la vicesecretaria general apeló al voto útil. "Ha llegado la hora de la izquierda al timón. Y me refiero a la izquierda que puede, que sabe, que ofrece soluciones de verdad. La única alternativa real que existe en este momento en Europa", señaló la candidata socialista.

Las listas electorales fueron aprobadas por el 98% de los 250 integrantes del comité federal, que por primera vez serán cremallera, con mujeres y hombres alternándose consecutivamente. Si hubieran votado según su nivel de satisfacción, el resultado habría sido otro. Algunas federaciones como la valenciana, la balear, la murciana y la extremeña consideran que han quedado infrarrepresentadas y afean que la dirección del PSOE haya elaborado la candidatura europea en los dos últimos días, sin buscar el consenso.

LA ACTITUD DE ANDALUCÍA

La actitud de Andalucía tampoco sentó bien. Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía, se sabe la dirigente más poderosa del partido en estos momentos y actúa sin complejos como tal: colocó a tres andaluces entre los primeros puestos, cuando algunos territorios se quedaron sin ningún trozo del pastel. Pero poco de todo esto se vislumbró en público.

El PSOE, disciplinado, cierra filas hasta el 25-M.