A Supermario, como conocen a Mario Draghi en los mercados, le gusta dejar a los inversores pendientes de sus movimientos. Ayer, una vez más, dejó la puerta abierta a tomar medidas más drásticas cuando dijo: "No hemos terminado aquí". El presidente del BCE ha reconocido que se ha estudiado una medida denominada QE (quantitative easing), una herramienta de la política monetaria utilizada por los bancos centrales cuando los tipos de interés están en unos niveles muy cercanos a cero y, por tanto, no es posible actuar sobre ellos para aumentar los precios y estimular la económía.

Consiste en que el BCE compra un determinado volumen de activos financieros a bancos u otras instituciones financieras privadas. El banco central no entrega directamente dinero a cambio de dichos activos, sino que lo que hace es reconocer un depósito a favor de dichas instituciones. Por tanto, el QE tiene como principal objetivo el influir sobre la oferta monetaria (aumentándola). Esta medida es la que los expertos consideran más efectiva.