Los países grandes y pequeños de la zona euro se enfrentaron anoche en una dura batalla en el Eurogrupo (Consejo informal del euro) por el reparto del poder en la cúpula del Banco Central Europeo (BCE), a raíz del relevo del representante español en el comité directivo de la institución, Eugenio Domingo Solans.

El vicepresidente económico, Rodrigo Rato, defendió con firmeza que fuera sustituido por el consejero del Banco de España Jose Manuel González-Páramo, con el respaldo de Alemania, Francia e Italia, frente a los candidatos de Bélgica (Peter Praet) e Irlanda (Michael Tutty).

ESTABLECER EL PRINCIPIO España, Alemania, Francia e Italia intentaban aprovechar la elección del sustituto de Domingo Solans para establecer de hecho el derecho de cada país grande a disponer de un puesto permanente en el comité ejecutivo del BCE. De este modo, el principio de rotación sólo se aplicaría a los dos puestos restantes, que se reservarían para los países pequeños.

El directorio está compuesto por seis miembros, incluidos el presidente y el vicepresidente de la institución, y asegura la gestión diaria del BCE. Este comité ejecutivo forma con los gobernadores de los bancos nacionales de los 12 países de la zona euro el consejo de gobierno del BCE que fija los tipos de interés.

Domingo Solans, cuyo mandato expira el 31 de mayo, es el primer representante de un gran país que hay que reemplazar, ya que Francia tenía asegurada la presidencia del BCE cuando aceptó estar un año sin presencia en el directorio a la espera de la jubilación de Wim Duisenberg. Por ello, el relevo tiene un carácter emblemático de cara al futuro.

Rato rechazó plantear la cuestión en términos de pugna entre países pequeños y grandes e insistió en que se trata de una decisión basada en la competencia y la idoneidad de cada candidato. "El currículo del candidato español es magnífico: tiene una larga experiencia académica y monetaria y es consejero del Banco de España desde hace 10 años. Es una candidato muy sólido y así lo reconocen otros ministros de la zona euro", destacó Rato.

Bélgica e Irlanda, que nunca han estado representados en el directorio del BCE, defienden la aplicación equitativa del principio de rotación entre todos países y rechazan un trato privilegiado para los países grandes. "Hay un límite a la representación de los grandes", dijo el ministro belga de Finanzas, Didier Reynders. "El Benelux también tiene un papel que representar en las instituciones", añadió, en referencia al respaldo de Holanda y Luxemburgo al candidato belga