Las medidas de emergencia, desde ayudas directas hasta moratorias, introducidas por los gobiernos europeos durante la crisis del coronavirus han permitido mantener a flote a miles de empresas y evitar su quiebra. Este apoyo, sin embargo, también ha aumentado el riesgo de que un número creciente de sociedades ‘zombies’ -aquellas que sin colchón público no serían capaces de sobrevivir- se mantengan con vida gracias a la respiración asistida pública. ¿En qué momento deben empezar a retirar el apoyo los gobiernos? ¿Debe eliminarse a todos los sectores al mismo tiempo? ¿Cómo discriminar a empresas viables e inviables?

Son algunas de las preguntas que la Comisión Europea planteará a los ministros de economía y finanzas de la Eurozona durante la reunión por videoconferencia que celebrarán este lunes, aunque la gran discusión sobre la revisión de los marcos de insolvencia para facilitar la reestructuración de deudas de las empresas viables no se producirá hasta abril. “Una retirada abrupta y descoordinada de las medidas podría provocar problemas corporativos a gran escala, incluidas quiebras, causando daños económicos y sociales duraderos y más divergencias económicas”, avisa la Comisión Europea en el análisis remitido al Eurogrupo para el debate en el que sugiere que, a medida que los esquemas de apoyo empiecen a expirar, los gobiernos deberían “sustituirlos gradualmente por planes específicos”.

Según las estimaciones del Ejecutivo comunitario, sin medidas de apoyo -al margen de los Expedientes de Regulación de Empleo- ni nueva financiación, el 23% de las empresas europeas habrían tenido problemas de liquidez para finales de 2020. Un porcentaje que esconde realidades muy distintas en función del sector y el país. El ocio, el turismo y los servicios de contacto, incluido el transporte, la producción de coches o el textil, han sido los más golpeados. Otros como los servicios de comunicación e información o la fabricación de productos farmacéuticos y alimentarios han capeado mejor la situación.

El sur, más golpeado

AUn así, las empresas que ya tenían problemas de liquidez antes de la irrupción del covid19 han visto agravada su situación que tampoco es uniforme entre los Estados miembros. En Austria, Dinamarca, Alemania, Luxemburgo, Lituania y Rumanía menos del 20% de las empresas tienen problemas de liquidez. En España, Francia, Italia o Bélgica son más del 30%. Una realidad que no se refleja todavía en los niveles de morosidad gracias a las moratorias introducidas por los gobiernos europeos.

Sin embargo, “una vez que las medidas de apoyo público sin precedentes expiren, es probable que las empresas incumplan sus obligaciones de deuda y lleve a un aumento de la morosidad y las insolvencias”, alerta la Comisión que cifra en 587.000 millones de euros los préstamos sujetos a moratorias hasta el tercer trimestre de 2020, de los cuAles el 60% corresponden a préstamos a empresas. “Una vez que las medidas se hayan eliminado la capacidad de las empresas de pagar su deuda variará entre su nivel de endeudamiento inicial, el impacto de la crisis -diferente en función del sector, tamaño o país- y las perspectivas de futuros ingresos”, explica la Comisión.

Empresas viables e inviables

La situación preocupa enormemente entre los países de la Eurozona que mantendrán este lunes un primer debate. “La primera prioridad es evitar una destrucción innecesaria de la capacidad productiva durante la crisis. No queremos que empresas sanas quiebren por las medidas de confinamiento, pero debemos dejar que quiebren las que son inviables”, sostiene un alto cargo del Eurogrupo que opina que es mejor para la economía gestionar las insolvencias rápidamente en vez de alargar los procesos porque lo único que consiguen es retrasar la recuperación.

El Eurogrupo es partidario de “calibrar muy bien la retirada de ayudas”, de forma que no sea “muy rápida pero tampoco muy lenta” y sustituir, como sugiere la Comisión, “las medidas actuales por otras más selectivas para las empresas viables que todavía necesiten ayudas”. Un ejercicio complicado dado que también tendrán que determinar qué empresas son viables y cuáles no. “Algunos Estados miembros ya están poniendo en marcha estructuras para distinguir entre viables y no viables” pero “estamos todavía en fase de medidas generales y eso durará todavía bastante tiempo”, explican en Bruselas. “Restablecer las reglas no será fácil. Esta crisis va a tener la cola muy larga y algunos de sus efectos durarán mucho”, admiten las mismas fuentes

Perspectivas económicas

Además de la solvencia del sector empresarial, la agenda de los ministros también incluye un nuevo debate sobre el papel internacional del euro y un repaso a la situación económica a partir de unas previsiones de invierno que han dibujado un inicio del año más problemático del previsto en otoño, debido al aumento de los contagios y el endurecimiento de las restricciones.

Lo que no abordarán es la reforma de las reglas fiscales, que España es partidaria de abrir cuanto antes, o la reactivación del Pacto de Estabilidad y Crecimiento y las reglas del déficit, suspendidas por la pandemia. “Se debe plantear cuando haya una situación de certidumbre que no tenemos ahora. Dependerá del momento en el que consideremos que las economías han entrado en una vía de recuperación clara y sostenible”, opinan fuentes del Ministerio de economía español.

De momento, según admitió el jueves el comisario Paolo Gentiloni, no es el caso. “Estos pronósticos de invierno no nos dicen que el 31 de diciembre de 2021 la situación económica y las dificultades habrán terminado”. La Comisión Europea presentará una propuesta teniendo en cuenta estos números así como los que arrojen las previsiones de primavera.