La capital aragonesa acogió ayer la segunda movilización en defensa de las pensiones públicas en solo tres días. El sábado fueron UGT y CCOO los que se manifestaron por el centro de Zaragoza, mientras que ayer la Coordinadora Estatal por la Defensa del Sistema Público de Pensiones en Aragón, que ha sido el dinamizador principal de la rebelión pensionista de este año, organizó una concentración en la plaza del Pilar. Cientos de personas, sobre todo jubilados al tratarse de un día laborable, volvieron a exigir la derogación de la reforma que impuso el Gobierno del PP en el 2013, que sustituyó el IPC por un factor de sostenibilidad como índice de revalorización de las prestaciones. Este cambio legal ha provocado que las pensiones hayan subido un mísero 0,25% en los últimos cuatro años a pesar de la recuperación de la economía, que en el 2017 creció a un ritmo del 3%.

«Los pensionistas hemos sufrido desde entonces una pérdida de poder adquisitivo del 7%, mientras el IPC ha seguido subiendo cada año», denunciaron desde la plataforma ciudadana, que es ajena a siglas y banderas.

Ayer, la participación fue muy inferior a la de la gran movilización del pasado 17 de marzo, tal y como cabía esperar al tratarse de un día laborable. Con todo, algunos de los asistentes también lo achacaron a la confusión que ha generado la convocatoria de varias protestas en un corto plazo de tiempo. «Lo que hicieron los sindicatos al convocar su manifestación dos días antes de la de la coordinadora fue una contraprogramación en toda regla porque la de hoy se había fijado antes», lamentó la zaragozana Asun Gulina, de 65 años.

La plataforma ciudadana se reunirá este jueves con UGT y CCOO para, al menos, intentar fijar una fechas comunes, algo que no será fácil ya que los sindicatos no están dispuestos a acudir a las protestas sin sus siglas. «Todo esto es un poco absurdo; lo importante es el objetivo, no quién lidera las manifestaciones», indicó Antonio, un ciudadano que no es miembro de la coordinadora y que acusó a los sindicatos de querer «capitalizar» las movilizaciones.

Polémicas aparte, los asistentes a la concentración volvieron a defender ayer que el futuro del sistema público de pensiones se blinde «realmente» en la Constitución y criticaron las «míseras» subidas anunciadas por el presidente Rajoy. Los presupuestos aprobados por el PP, a falta de los apoyos parlamentarios suficientes para sacarlos adelante, plantean un incremento de las pensiones de entre el 1% y el 3%, un alza «totalmente insuficiente» para la coordinadora y los asistentes ayer a la concentración.

«Esta subida es una miseria y, además, no beneficia a todos los pensionistas», criticó Teresa, una jubilada zaragozana que denunció que no haya dinero para las prestaciones públicas «pero sí para la Iglesia o para rescatar autopistas o bancos en quiebra». «Rajoy nos está tomando el pelo y se debe de pensar que somos idiotas si nos vamos a contentar con esto», añadió Manuel, otro pensionista «indignado».

La plataforma ciudadana, de hecho, ya ha convocado otra concentración el día 30 de abril a las 12.00 en la plaza del Pilar siguiendo la estela de la coordinadora estatal. La protesta de ayer discurrió en un ambiente festivo (hubo hasta jotas) y se entonaron lemas como Es una mierda el 0,25%, Ni un voto más al Partido Popular o Más pensiones y menos ladrones. La concentración finalizó con el Canto a la libertad de José Antonio Labordeta.

Además de la de Zaragoza, la coordinadora estatal celebró protestas en las principales ciudades españolas como Bilbao, Madrid o Valencia.