El consejo ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI) nombró ayer por consenso exvicepresidente español Rodrigo Rato nuevo director gerente de la institución. Rato es el noveno director de este organismo, fundado en 1944, y el primer español que ocupa este puesto. La etapa que ahora se inicia debe dar lugar a una democratización y reforma en profundidad de la institución.

La reunión de los 24 directores que integran el organismo del Fondo estuvo presidida por Anne Krueger. La subdirectora gerente del FMI asumió la dirección interina tras la renuncia en marzo pasado del alemán Horst Köhler, que concurrirá a las elecciones presidenciales de su país.

Antes de la votación, en la sesión de ayer se oyó una primera ronda de opiniones para conocer los apoyos finales de los dos candidatos en liza, el español y el estadounidense de origen egipcio Mohamed El-Erian. A finales de abril desistieron el británico Andrew Crockett, el estadounidense de origen africano Stanley Fischer y el ministro de Finanzas búlgaro, Milen Velchev.

Rato contó con el apoyo de la Unión Europea, que propuso su candidatura, y de Estados Unidos, el principal accionista del FMI y el único país que tiene derecho de veto en el consejo ejecutivo. También ha recibido el respaldo de 18 países latinoamericanos, así como palabras elogiosas de los representantes africanos y del grupo de los 24 países en desarrollo, para quien tiene las "credenciales apropiadas" para el cargo.

TIEMPO DE REFORMAS Desde la fundación del FMI y del Banco Mundial en 1944, la tradición dicta que un europeo se haga cargo de la dirección del Fondo y EEUU se reserve la presidencia del BM. Esta tradición suscita las protestas de otros países. El último director gerente, Köhler, sumó su voz a las que piden un cambio en las cuotas de representación a favor de los países en desarrollo.

Rato asume las riendas del FMI en un momento complejo, marcado por las fricciones entre países ricos y pobres por el rumbo que debe tomar la institución. Los primeros, con más votos, han decidido que el organismo adopte como prioridad la lucha contra la financiación del terrorismo. Los países más pobres exigen más ayudas al desarrollo.

Además, el FMI es cuestionado por las poblaciones de los países donde se han experimentado los sacrificios sociales que comportan sus recetas. La inmensa deuda acumulada en los países latinoamericanos y del antiguo bloque soviético supone un reto por las dificultades para su retorno. El primer desafío de Rodrigo Rato es Argentina, por los 88.000 millones de dólares en bonos soberanos que Buenos Aires dejó de pagar a finales del 2001.

En la actualidad, el FMI, que como su institución hermana, el Banco Mundial, nació en Bretton Woods, en 1944, tiene abiertos préstamos a 87 naciones, que a finales del año pasado le adeudaban 88.430 millones de euros.