Apenas 12 horas después de haber sido nombrado director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, entró ayer en la disputa sobre si el poderoso organismo internacional debe dar prioridad a la estabilidad financiera de la economía mundial, o bien, a la lucha contra la pobreza. "La estabilidad financiera y macroeconómica son requisitos imprescindibles para el crecimiento económico, y sin crecimiento, la lucha contra la pobreza es imposible", respondió en actitud salomónica.

El flamante director gerente del FMI --el noveno que ocupa este cargo en el organismo económico más importante del mundo y el primero que es español-- compareció ayer en una rueda de prensa en Madrid, ante medios españoles e internacionales, para mostrar sus primeras impresiones tras la designación oficial producida en la madrugada anterior (hora española), en Washington.

Primero en castellano y después en inglés, Rato agradeció el nombramiento e hizo especial mención a sus "excolegas" del Ecofin (ministros de Finanzas de la Unión Europea), a los "ministros de Finanzas de muchas regiones del mundo", al presidente del Gobierno español, al vicepresidente Solbes y --por este orden-- al expresidente Aznar, "cuya contribución ha sido esencial en la posibilidad de que yo pudiera ser elegido".

Rato, que estuvo acompañado por el director del departamento de relaciones externas del FMI, Thomas Dawson, dijo que ha recibido del consejo ejecutivo el doble mandato de analizar "los riesgos y oportunidades" para la estabilidad de la economía mundial y de "continuar la colaboración con los países de menor riqueza". En inglés añadió que el FMI "concentrará sus esfuerzos en dirección a los países que demandan ayuda técnica y financiera y los programas del Fondo, sobre todo los países menos desarrollados y, en particular, los países africanos".

CRITICAS Rato accede al FMI en un momento en que se abren las puertas de una reforma en profundidad del organismo, cuyos métodos y prioridades son criticados por personalidades como el premio Nóbel Joseph Stiglitz, por los ciudadanos de los países que sufren el rigor de sus recetas liberales a cambio de préstamos, y por los movimientos antiglobalización. La capacidad del FMI para contribuir a remontar crisis quedó en entredicho con el hundimiento de los países del Sureste Asiático y de Rusia en 1997, después de que el organismo hubiera pronosticado una etapa de bonanza.

Ayer, en su primera comparecencia pública, el nuevo director gerente cuidó de no desplazarse un ápice del espíritu liberal que emana el organismo nacido en Bretton Woods en 1944. "El desarrollo sostenido y el crecimiento son las bases esenciales para las políticas del Fondo", dijo.

También se refirió al objetivo asumido por el FMI tras el 11-S de combatir la financiación internacional del terrorismo, "pero no desde un papel de garantizar la seguridad, que no es labor del Fondo, sino desde el objetivo de mejorar la transparencia financiera", matizó.

Los periodistas no pudieron arrancar al exministro una concreción sobre su posible nuevo enfoque en Latinoamérica, dada su condición de español. Argentina y Brasil son los principales acreedores del Fondo, que tiene abiertos préstamos por 88.430 millones de euros con 87 países. "Mi contribución como director gerente será la de prestar la mayor atención a todos los países. Conozco a muchos ministros y mi buena relación con ellos la pondré al servicio de los ciudadanos", dijo.

LOS RIESGOS PENDIENTES "Los objetivos de los próximos meses y años de la economía mundial" son, según Rato, "una reducción de los desequilibrios de EEUU --señaló la corrección de sus déficits público y exterior--, junto con la recuperación de Europa y el avance en reformas estructurales y estabilidad cambiaria en Asia". El FMI prevé que la economía crecerá el 4,6% este año. Rato recordó ayer que esta previsión está formulada sobre la base de un precio del petróleo de 30 dólares el barril y que el FMI calcula que variaciones continuadas por encima de los cinco dólares (en los últimos días ha superado los 36 dólares) implican tres décimas de menor crecimiento. Rato recordó que la evolución del crudo "es una variable esencial de la economía mundial", que puede tener un impacto especialmente negativo para los países consumidores, por tensiones inflacionistas, y sobre políticas de eficiencia energética.

El nuevo director gerente afirmó que los tipos de interés pueden variar en el futuro, "pero no de una manera abrupta", dado que no hay tensiones inflacionistas ni en EEUU ni en la Unión Europea.