El expresidente de Caja Madrid y Bankia, Rodrigo Rato, ha recurrido ante el Tribunal Supremo su condena de cuatro años y medio de cárcel por las tarjetas black al considerar que está basada en pruebas «contaminadas de ilicitud» que vulneraron su presunción de inocencia.

En su recurso de casación, la defensa de Rato considera que la sentencia no realizó un relato «completo y coherente» respecto al delito de apropiación indebida, y reprocha la condena a pesar de que «ni un solo coacusado o testigo» pudiera vincularse con la emisión de las tarjetas.

De este modo, llama la atención a que el fallo «realice una fusión» entre unos hechos que se han producido «de manera estable y continuada durante 22 años por más que en la realidad no se diese una coincidencia temporal» entre los 65 condenados por el empleo de estas tarjetas.

En este sentido, Rodrigo Rato considera que resulta contradictorio que la sala deje constancia de cómo todos los órganos de la caja conocían desde 1988 el «automatismo» de un sistema en manos de la presidencia y que, sin embargo, estime que Rato y su predecesor, Miguel Blesa, «abusaron en términos de deslealtad» de sus facultades.