Los rusos van a notar en el bolsillo la agresiva política del Kremlin en Ucrania. Esa es al menos la conclusión del Fondo Monetario Internacional. El guardián de las finanzas mundiales redujo ayer en seis décimas la previsión de crecimiento rusa para este año, situándola en un pírrico 1,3% del PIB. El consejero económico del FMI añadió que los inversores dudan sobre la conveniencia de poner su dinero en Rusia. "Con bastante seguridad se pueden esperar salidas de capital", dijo Blanchard.