Los efectos de la reforma de las pensiones puesta en marcha en el 2011 se está notando no solo en el frenazo en las revalorizaciones de las prestaciones en los últimos años, sino también en las cuantías que cobran de entrada los nuevos jubilados. Así lo constata un documento de trabajo de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) con unas cifras muy elocuentes: la pensión media de entrada no ha hecho más que bajar desde el 2013, a medida que se iba aplicando la reforma. Solo en el periodo del 2013 al 2015, los nuevos pensionistas han pasado a ingresar cada mes casi 46,3 euros menos, unos 648 al año, de los que les hubiesen correspondido sin la reforma. Esta merma es más fuerte en el caso de las mujeres que pasan a ser pensionistas, con una pérdida de 49,8 euros mensuales, unos 700 euros al año.

Además, según recalca el estudio de la Airef, «a medida que pasan los años la diferencia aumenta y el efecto de la reforma es algo mayor para edades más bajas, reduciéndose para las personas que se jubilan con 65 años o más». Otra de las conclusiones del estudio, realizado a partir de la Muestra Continua de Vidas Laborales del 2015, es que la reforma ha modificado el comportamiento de las personas sobre la decisión de jubilarse, y, en contra de lo que se perseguía con los cambios normativos ha «reducido los incentivos a que los individuos retrasen su jubilación».

La reforma de pensiones del 2011, que entró en vigor en el 2013, cambió varios elementos de la fórmula de cálculo de la pensión. Los años utilizados en el cálculo de la base reguladora pasaron de 15 a 25; la edad ordinaria de jubilación aumenta progresivamente de 65 a 67 años, y los años de cotización para recibir la totalidad de la prestación aumenta de 35 a 37 años.

Hasta ahora se habían hecho algunos estudios que calculaban en qué medida se reduciría el gasto de las pensiones gracias a estas reformas, pero no cifraban la afectación directa en los jubilados. Las conclusiones del documento de la Airef provocaron que Podemos haya exigido la comparecencia urgente de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio, en el Congreso para que explique qué medidas piensa adoptar el nuevo Gobierno para revertir esos efectos.

Las cifras de agosto del ministerio coinciden con las apreciaciones del estudio de la autoridad fiscal, aunque con un tempo diferente. Los datos de la Seguridad Social reflejan que la jubilación media de entrada el pasado julio fue de 1.410 euros, 50 menos que en julio del 2015. Ese fue el último mes en el que aumentaron las nuevas prestaciones. Desde el 2008 hasta el 2015 solo hubo un año en el que las nuevas altas perdieron valor respecto al ejercicio anterior (una pérdida del 1,22% en el 2012). Desde el 2016 solo se registran caídas en las nuevas altas: del 0,63% y el 1,2% de media en el 2016 y el 2017; y del 1,97% en julio de este año respecto al mismo mes del 2017.