De pareja a familia numerosa. La planta de Opel de Figueruelas está llevando a cabo desde el pasado verano una frenética carrera para adaptar sus equipos e instalaciones a la fabricación multiproducto de vehículos que se le viene encima. Unos cambios que la compañía detalló ayer durante una visita de la prensa a la factoría.

En pocos años, la fábrica pasará de producir dos modelos a montar hasta cinco diferentes. A los habituales Meriva y Corsa (cinco puertas) hay que añadir la versión tres puertas de este último turismo, recuperada el pasado año. Pero las mayores incorporaciones serán el Mokka, que llegará este mismo año, y el Citroën C3 Picasso, que lo hará en el 2016. Para dar cabida a estos nuevos inquilinos, Figueruelas está desarrollando una importante renovación tecnológica que proseguirá en los próximos meses y años.

La factoría aragonesa está siempre en proceso de constante mejora y por ello se aprovechan los paros productivos por vacaciones para realizar mejoras técnicas. La necesidad de adecuar las instalaciones a la más avanzada tecnología para adaptarse a los cambios en los procesos productivos, a las altas exigencias de calidad, a los nuevos métodos de trabajo y por supuesto a nuevos modelos, hacen imprescindibles las continuas inversiones.

Así, en los 30 años de vida de la planta de Figueruelas, General Motors ha invertido más de 4.300 millones de euros (de los cuales, más de la mitad han sido desde el año 2000). Siguiendo esta senda, en el 2014 inyectará otros 210 millones de euros.

Mejoras en Navidad

Durante el cierre de planta de Navidad se llevaron a cabo mejoras técnicas en prensas, carrocerías y pintura, mejoras que aumentan la competitividad y la calidad en el proceso y que revierten a favor del cliente.

Una de las novedades más relevantes se ha producido en la planta de Prensas, donde se ha iniciado la última fase del proyecto de actualización tecnológica de la línea de corte, que comenzó hace un año. Esta nueva instalación, que incorporará 50 referencias para la fabricacónd de piezas del Mokka y el nuevo Corsa, elevará de 44 a 55 los golpes de corte, con lo que ganará un 25% de productividad. El proyecto total de la renovación de esta línea supondrá también que se mejora el control del proceso productivo y se ahorra energía.

En carrocerías se ha procedido a iniciar el montaje de las nuevas instalaciones precisas para la fabricación de los nuevos modelos y a liberar y adecuar espacios para los mismos. Se trataba de aprovechar un periodo largo sin producción (el cierre de planta la pasada Navidad), ya que la complejidad de los trabajos obliga a disponer de la línea parada durante varias semanas.

Entre los trabajos ejecutados destacan los realizados para integrar el Mokka a las líneas de producción, por ejemplo en la de ensamblado del suelo (Framing I) y el sistema de transportadores de entrada a las estaciones de ensamblado en carrocerías (framing outer) que ha tenido que rehacerse por completo debido a las dimensiones de este nuevo vehículo, perteneciente al segmento todocamino.

Zonas de entrenamiento

En la planta de pintura se ha reemplazado la máquina electrostática que pintaba la capa de base sobre la carrocería, en la cabina de acabado número tres. Esta se instaló en 1998, y constaba de nueve pulverizadores. La nueva estación consta de cuatro robots elevados, que gozan de una mayor flexibilidad y capacidad de adaptación a la silueta de la carrocería.

Otra de las claves para adaptar la planta a su nuevo estatus descansa en la formación de su plantilla. La fábrica cuenta en estos momentos con 14 zonas de entrenamiento para que los trabajadores aprendan y prueban las nuevos métodos de producción.