El Banco de Inglaterra subió ayer los tipos de interés en un cuarto de punto, hasta el 4,25%, con el propósito de enfriar el ritmo consumista de los británicos. La decisión se propone controlar un posible repunte de la inflación en momentos en que la economía británica parece afianzar su mejora y cuando la deuda de los consumidores se encuentra en niveles récord.

"Lo más probable es que aumenten las presiones inflacionistas pese al alto nivel de la libra esterlina", señaló la autoridad monetaria en un comunicado tras la reunión de dos días, en el que agrega que el aumento es preciso ante un posible fortalecimiento económico.