Mundial de fútbol, un deporte que causa furor entre los británicos. Y en los pubs hay escasez de cerveza. Parece un titular del Día de los Santos Inocentes, pero no lo es: una escasez de dióxido de carbono (CO2), usado en la producción de cerveza, impide estos días servir diversas marcas de cerveza de barril en algunas de las principales cadenas de pubs del Reino Unido.

La firma JD Wetherspoon, que posee casi 900 pubs, y Ei Group, con cerca de 4.500 establecimientos, ya han indicado que han dejado de servir ciertas marcas en sus locales de bebidas debido a la falta de suministro de dióxido de carbono.

El cierre temporal de algunas fábricas que producen CO2 tanto en el Reino Unido como en el resto de Europa ha llevado a la escasez de ese gas, que se utiliza en diversos ámbitos de la industria alimentaria.

Un portavoz de Wetherspoon afirmó que algunos de sus establecimientos no están sirviendo cerveza John Smith ni sidra Strongbow, si bien aseguró que la firma Heineken, que suministra ambas marcas, espera resolver la situación en los próximos días.

«Heineken ha sido la compañía con mayores problemas. Nos han dicho que todo está volviendo a la normalidad», dijo ese portavoz a la cadena BBC.

La compañía holandesa resaltó, por su parte, que todas sus fábricas de cerveza «operan a su máxima capacidad» y trabajan para servir a sus clientes «tan rápido como sea posible».

La escasez del citado gas también está ralentizando la producción de algunos refrescos en el país.

La cadena de televisión pública británica señala además que algunas industrias de carne envasada están trabajando con menos CO2 de lo habitual para empaquetar sus productos, lo que puede obligar a cambiar los periodos de las fechas de caducidad. Este gas es utilizado para carbonizar refrescos y bebidas alcohólicas y para el envasado de carne fresca y ensaladas.

«Si acortas las fechas de caducidad, todo el mundo tiene que transportar la mercancía más rápido. La cadena de suministros es muy compleja», afirmó a la BBC un portavoz de la Asociación de Procesadores de Carne británicos.

El Reino Unido importa alrededor de un tercio de su CO2 al contar solo con dos plantas de producción de dióxido de carbono, de las cuales una está cerrada por mantenimiento, algo que ha agravado aún más la situación.