En el año 2018 la generación eléctrica de España, sin contar las islas, libre de emisiones de CO2 alcanzó una cuota del 62,5%, frente al 57% registrado en 2017 según el Avance del Informe del Sistema Eléctrico 2018 presentado por Red Eléctrica Española (REE) ayer. De esa cantidad, el 20,6% corresponde a las centrales nucleares y el 40,1% es generación renovable, 6,4 puntos porcentuales más que en el año 2017, pero todavía un 0,4% inferior a la cuota que se alcanzó en el 2016.

El motivo de esa diferencia está en la hidráulica. En el 2017 apenas se produjo energía hidráulica en España, sin embargo, en el 2018 sí, con un incremento del 85% respecto al año anterior, aunque influyó la caída de la producción por ciclos combinados (22%) y carbón (18%). Si se atiende a la cuota renovable de los últimos cinco años, en el 2014 se alcanzó una cifra superior a la actual, el 42,3%. En el conjunto de las renovables, el 49% fue eólica, el 34% hidráulica, el 11% solar y casi el 5% el resto de tecnologías.

Para el presidente de REE, Jordi Sevilla, los datos ponen de manifiesto la transición energética estará llena de «fases transitorias», pero a la que hay que ir acomodándose «a pesar de que haya caídas, con la convicción de que el resultado final será altamente beneficioso para la eficiencia y bienestar de nuestro país». Sevilla alentó a todos los agentes del sector a «alinearse» a ese cambio.

«A lo mejor hasta podemos consensuar entre Gobierno y empresas para que ese plan (Plan de Energía y Clima) sea la hoja de ruta de todos, y no solo la de este Gobierno y que luego venga otro que lo cambie», propuso.

El secretario de Estado de Energía, José Domínguez Abascal, recordó que el Gobierno está a punto de enviar a Bruselas ese plan que no se demorará más allá del mes de febrero y presumió de la posición de liderazgo de España para afrontar el cambio. «Probablemente no haya ningún país en el mundo más preparado para la transición energética que España».