Borrón y cuenta nueva pero sin fisuras. UGT Aragón inicia hoy una etapa de profunda renovación, con cambios tanto en estrategias y propuestas como a nivel de organización interna y, por supuesto, de las personas que dirigirán los designios de la central en los próximos cuatro años. La nueva comisión ejecutiva refleja la entrada de aire fresco, pues nueve de sus once miembros se estrenan en este órgano, que se reduce en dos puestos y que estará liderado por Daniel Alastuey, único candidato que ha optado al puesto con el consenso de todas las federaciones y uniones comarcales. Su elección será aprobada hoy en la clausura del sexto congreso regional de UGT, que ayer se inauguró en la Residencia Escolar Pignatelli bajo el lema Unión, trabajo y solidaridad. Entre los 250 delegados participantes se respira un ambiente de unidad pero también de ganas de cambio.

El nuevo líder cerró ayer por la tarde el equipo de dirección que le acompañará. La secretaría de Organización estará ocupada por Julio Tejero, de la federación del Metal (MCA), mientras que en la de Administración estará Luis Sánchez, hasta ahora responsable del sector del Ahorro de FES (Servicios). La presencia de mujeres se eleva, con cinco de los once puestos de la dirección.

40.000 MILITANTES UGT es la organización con mayor afiliación de Aragón, que con más de 40.000 militantes "al corriente de pago" supera incluso al Real Zaragoza, destacan desde la central. Esa potente base social es la principal fortaleza con que cuenta el sindicato en estos momentos de dificultad, marcados por la debilidad de sus cuentas y una creciente desafección sindical de la ciudadanía. Con estos mimbres, el sindicato tendrá que tomar importantes decisiones internas, algunas de ellas "drásticas" y "dolorosas", aseguran fuentes internas. Al mismo tiempo deberá hacer más visible su labor en las empresas con "propuestas creíbles que demuestren que los sindicatos siguen siendo útiles", decía ayer un veterano ugetista. "Tenemos que proyectarnos más en las empresas y la sociedad, quizá nos hemos relajado", opinó otro dirigente.

UGT Aragón cerrará así una etapa difícil y convulsa, debido a la dureza de la crisis y a las divergencias surgidas entre la ejecutiva saliente y las federaciones más potentes del sindicato. "Han sido unos años duros", reconoció ayer Julián Lóriz en su discurso de despedida como secretario general de la organización, cargo que ha ocupado un total de nueve años. Los últimos cuatro han sido "tiempos muy complicados y difíciles" por la destrucción de empleo y el recorte de derechos a los trabajadores, pero también por las medidas de reestructuración que el sindicato ha tenido que acometer, con dos ERE que supusieron la salida de 57 empleados. Pese a todo, "el balance ha sido positivo", concluyó.

La crítica interna a la ejecutiva saliente liderada por Lóriz quedó ayer patente en la votación del informe de gestión de la misma. Tan solo le apoyaron el 36% de los delegados, con un 46% de abstenciones y un 18% de votos en contra.

El cónclave de los ugetistas aragoneses es, por muchos motivos, diferente a los anteriores. Los relevos al frente del sindicato venían siendo de forma natural, con el ascenso de figuras de la ejecutiva saliente. Pero esta vez no ha sido así, en parte por el desgaste de la anterior cúpula, a la que los más críticos veían "acomodada". Ante la falta de candidatos, el sindicato abrió un largo e intenso proceso de diálogo entre todas las federaciones del que ha emergido un candidato de consenso. Así las cosas, UGT ha llegado al congreso con los deberes hechos y ha evitado el riesgo de la división interna en un momento tan delicado. "Nos ha venido bien este proceso para generar unión y comprensión mutua", afirmó Alastuey.

RETOS Alastuey señaló que siente "una enorme responsabilidad" ante su nombramiento, pero dijo estar "animado" para afrontar este reto. Sobre la renovación de la central, abogó por hacer "cambios en todo". "Estamos en un nuevo ciclo y el sindicato se tiene que adaptar y saber vivir de sus recursos, de las cuotas de los afiliados", afirmó. Preguntado por si serán necesarios nuevos ajustes en la plantilla de UGT Aragón, avanzó que "si hay que recortar más se hará: la organización tiene que sobrevivir por encima de todo".