Repsol obtuvo en el primer trimestre del año un beneficio neto de 807 millones de euros, lo que supone una subida del 27,3%. El resultado se obtuvo en un entorno de caída de los precios internacionales del crudo y la interrupción de las operaciones de explotación en Libia. También se ha visto marcfado por la depreciación del euro frente al dólar y el mantenimiento de los márgenes de refino de la compañía frente al deterioro de los mismos en Europa.

Este saldo trimestral incluye el ingreso por la venta del 11,86% que aún poseía en la antigua filial YPF, como fruto de los acuerdos de compensación con el Gobierno argentino por la expropiación del 51% en el 2012. Durante la jornada de hoy espera recibir la compensación acordada en bonos soberanos argentinos.

Una de las actividades del grupo presidido por Antoni Brufau con unos buenos resultados fue el que incluye la red de gasolineras. Destaca el negocio en España, con un crecimiento del 4% hasta marzo. En su conjunto, la división que incluye este negocio y en el que está también el refino alcanzó un resultado de 290 millones de euros, con un alza del 27,8%.

La actividad de exploración y producción, con un resultado de 255 millones, registró un decenso del 26,9%. Uno de los factores de la caída fue la interrupción de la producción en Libia.

Al cierre del periodo, la deuda neta del grupo ascendió a 4.722 millones de euros, lo que supone un descenso del 12% respecto al cierre del 2013. Asimismo, Repsol cuenta con una liquidez de 8.900 millones de euros para acometer su crecimiento. La semana pasada, la compañía aprobó una remodelación organizativa que incluye la recuperación de la figura del consejero delegado, cargo para el que fue elegido Josu Jon Imaz.