Una demanda de crédito más débil por parte de hogares y de empresas se ha traducido en una desaceleración de la actividad crediticia en los últimos meses. Las nuevas operaciones de crédito para la compra de vivienda y para consumo crecieron entre marzo y mayo a una tasa interanual media del 8% y del 2,2%, respectivamente, muy por debajo de las tasas medias registradas en 2018 (15,1% y 18,3%, respectivamente), según el último boletín económico del Banco de España, en el que se aborda la evolución del crédito a familias y empresas.

Esta situación, en cierta medida, se pone de manifiesto en un entorno en el que los criterios de aprobación de los préstamos a hogares se habrían endurecido levemente en el primer semestre del año, tanto en el segmento de compra de vivienda como en el de consumo y otros fines, algo que no sucedía simultáneamente desde principios del 2013.

En el caso de los nuevos créditos destinados a la compra de vivienda, refleja el Banco de España, los tipos de interés experimentaron un repunte de 30 puntos básicos desde septiembre del año pasado hasta mayo (último dato disponible). Este aumento no se ha observado en el resto de los segmentos ni en el de compra de vivienda en otros países de nuestro entorno, lo que que cabe atribuir --en esta ocasión no lo menciona el informe-- a los cambios legislativos que se han producido en relación con las hipotecas a partir de la modificación del impuesto de actos jurídcos documentado y los gastos de constitución de hipoteca.

CAÍDA DE NUEVOS FLUJOS

El informe pone de manifiesto que por lo que respecta a las empresas, "los nuevos flujos de financiación bancaria mostraron incluso caídas interanuales en los primeros meses de 2019". Esta contracción del nuevo crédito, que se venía observando desde el 2018 en el caso de las operaciones hasta un millón de euros (fundamentalmente, préstamos a pymes), se ha extendido a las operaciones de más de un millón de euros, coincidiendo con el mayor dinamismo de la financiación captada a través de otras vías, como la emisión de valores de renta fija.

El ligero endurecimiento de los criterios de aprobación de los préstamos en algunos segmentos, unido a la debilidad de la demanda, se ha traducido en una desaceleración del crecimiento del volumen de nuevas operaciones. En términos de saldos, la financiación a hogares se expande a ritmos moderados, mientras que a sociedades no financieras sigue avanzando gracias al dinamismo de la financiación mediante las emisiones de renta fija y, en menor medida, los préstamos del exterior.

Al mismo tiempo, los flujos netos de financiación ajena de las sociedades no financieras se expandieron a un ritmo superior (2,4% en mayo), gracias al dinamismo del saldo vivo de las emisiones de valores de renta fija y, en menor medida, de los créditos del exterior, que han compensado el retroceso del saldo vivo de crédito concedido por las entidades residentes. Con todo, y en un contexto de expansión de las rentas y de la actividad, las ratios de endeudamiento de las familias y de las empresas habrían seguido descendiendo en el primer trimestre de 2019, si bien de forma más moderada que en los últimos años.