Estados Unidos entró oficiosamente en recesión en febrero y así seguirá como mínimo hasta principios del año que viene. Esa es la previsión que ha hecho este miércoles la Reserva Federal a la conclusión de su reunión mensual de junio. El banco central estadounidense estima que el producto interior bruto se contraerá este año un 6.5%, mientras el desempleo se situará en torno al 9% a finales del 2020. La crisis de salud pública lastrará considerablemente la actividad económica, el empleo y la inflación a corto plazo y presenta riesgos considerables a medio plazo, dijo la FED en un comunicado. Sus proyecciones son más optimistas que las realizadas por algunos centros de análisis, aunque cuestionan la rápida recuperación que ha vendido la Casa Blanca.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, se comprometió a seguir haciendo lo que sea necesario para proteger la economía de los estragos del coronavirus, medidas que incluyen la compra masiva de bonos del Tesoro y deuda hipotecaria. Haremos lo que sea necesario durante el tiempo que sea necesario, dijo Powell. El banco predice también que los tipos de interés rondarán el 0% hasta 2022, aunque cree que la situación ha comenzado a estabilizarse en algunos sectores y que la economía volverá a crecer en 2021. Para ese año predice un crecimiento del 5% del PIB.