Ibercaja comienza en unos días un nuevo viaje de la mano de Caja 3 --CAI, Caja Círculo de Burgos y Caja Badajoz--. Su integración jurídica definitiva llegará el 1 de octubre y la tecnológica, el día 17. Dos hitos que cerrarán un proceso que la entidad califica de "modélico" desde el punto de vista de gestión de plantillas, clientes y desde la perspectiva tecnológica.

Ibercaja, al igual que el resto de entidades españolas, ha sufrido los efectos en el empleo de la reestructuración del sector. Pero la crisis también ha pasado factura a los balances de la banca y, por tanto, el reto más importante a partir de ahora será tratar de ser rentable, a través de una mayor eficiencia en un contexto de tipos de interés muy bajos y márgenes en claro retroceso.

La nueva Ibercaja parte en la octava posición del ránking nacional, con 63.523 millones en activos, un volumen de actividad de 100.000 millones, un total de 1.406 oficinas, 3,3 millones de clientes y más de 6.300 empleados, según los últimos datos disponibles. La operación con Caja3 le ha permitido crecer un 40% en volumen de actividad. Su grupo financiero suma 19.400 millones en activos de los que Ibercaja no ha tenido que desprenderse para digerir todo el agujero inmobiliario que acumulaba Caja3.

Esta es la posición de salida. La pregunta es: ¿cuáles serán los retos que tendrá que afrontar?

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