El congreso de CCOO también celebró ayer el 23 de abril. Los 1.001 delegados del sindicato se solazaron de la batalla interna con dos obras señeras de la literatura castellana y catalana: El Quijote , de Miguel de Cervantes, por gentileza de la Junta de Castilla-La Mancha, y una selección de poemas de Miquel Martí i Pol regalo de la delegación catalana. "Este libro es sencillo y permite enseñar el catalán no sólo en la intimidad", aseguró el líder sindical de Cataluña, Joan Coscubiela, desde un atril con una rosa.

Pero las trifulcas reales no dejaron tiempo para la poesía y la prosa. La presidenta del congreso, la secretaria general de Banca, María Jesús Paredes, tenía que lidiar con los defensores de 1.300 enmiendas. En un descanso, bromeaba con este diario: "Puedo sugerir que no haya limitación de tiempo y que el congreso dure un año" en lugar de cuatro días.

Un incidente al cortar al líder crítico, Agustín Moreno, por superar el tiempo asignado le granjeó pitidos y aplausos: "No es posible --afirmó Paredes-- que los santones del sindicato no respetéis la normas". Moreno denunció el agravio de tener sólo tres minutos frente a los 27 de Esperanza Aguirre para un "discurso protocolario".