El economista de Estados Unidos Richard H. Thaler ha sido galardonado con el Premio Nobel de Economía 2017 por su contribución en el campo de la economía conductual o del comportamiento, anunció ayer la Real Academia Sueca de las Ciencias. Thaler, autor del bestseller Nudge: El impulso que necesitas para tomar mejores decisiones sobre salud, dinero y felicidad, ha basado sus estudios en la incorporación de la psicología en la ciencias económicas.

«Las contribuciones de Richard Thaler han construido un puente entre los análisis económicos y psicológicos de las decisiones individuales», explicó la institución en un comunicado. «Sus hallazgos empíricos y sus ideas teóricas han sido fundamentales para crear el nuevo campo de la economía conductual que se está expandiendo rápidamente y que ha tenido un profundo impacto en muchas áreas de investigación política y económica», agregó.

El premio está dotado de 9 millones de coronas suecas (alrededor de un millón de euros). El galardón reconoce el trabajo de Thaler por integrar la economía y la psicología, explorando «cómo las limitaciones en el raciocinio, las preferencias sociales y la falta de autocontrol afectan a las decisiones individuales y a las tendencias en el mercado».

La perspectiva conductual incorpora a la economía «un análisis más realista de cómo piensan y actúan las personas cuando están tomando decisiones económicas», lo que ayuda a «diseñar medidas e instituciones que incrementan los beneficios para el conjunto de la sociedad». La contribución de Thaler fue redefinir el análisis de las decisiones, incluyendo elementos psicológicos que «influyen de forma sistemática la toma de decisiones económicas». Un ejemplo es la teoría de la contabilidad mental de Thaler, que describe cómo organizamos y formulamos decisiones económicas creando cuentas diferentes en la mente y decidiendo según su efecto sobre cada una de ellas: así ocurre cuando se divide el presupuesto familiar en distintos apartados.

Su investigación es usada por políticos y otros encargados de tomar decisiones para diseñar medidas. Se ha aplicado en áreas como la reforma de la administración pública, los planes de pensiones o la política medioambiental, por ejemplo por la Administración de Barack Obama.