Información y peligro son dos palabras que tienden a asociarse a aquellos profesionales de los medios de comunicación que se encargan de cubrir conflictos armados. Sin embargo, la tensión que caracteriza la labor de este colectivo hace que los riesgos para la salud se trasladen también a su actividad cotidiana en las redacciones. Así se desprende de la guía sobre seguridad y salud laboral para profesionales de los medios de comunicación que ha elaborado la Federación de Comunicación y Transporte de CCOO, que fue ayer presentada en Zaragoza, y cuyo objetivo es mejorar las condiciones de trabajo de dicho sector.

"La presión continuada para captar al instante la noticia y la rapidez requerida para su elaboración antes de darla a conocer al público, somete a los trabajadores de los medios a una tensión, en muchas ocasiones límite", comenta el secretario de Salud Laboral de CCOO en Aragón, Benito Carrera. Un hecho que, según argumenta el representante sindical, termina condicionando las relaciones personales, familiares, sociales y de trabajo de estos profesionales.

Según el sindicato, la inestabilidad laboral, los bajos sueldos, las jornadas interminables e intempestivas o las presiones de distinta índole que caracterizan la actividad periodística terminan repercutiendo negativamente en la salud de los trabajadores. "Sus efectos se materializan de forma diversa, desde falta de autoestima, ataques de ansiedad, depresiones o fatiga, hasta estrés, conflictos familiares o infartos", explica Carrera.

No obstante, el responsable sindical de Salud Laboral también se refirió a otros riesgos asociados a la ergonomía y a las condiciones del lugar de trabajo, así como a las afecciones derivadas de un trabajo repetitivo (largas jornadas delante de un teclado), de manipulación de cargas (cámaras, trípodes, ...), trabajos en altura o a los accidentes de tráfico.

Para prevenir y corregir estos riesgos, CCOO reclama el cumplimiento de los distintos decretos sobre condiciones de trabajo, más formación e información, así como buscar las soluciones más adecuadas para la organización de un trabajo que se desarrolla durante 24 horas. En este sentido, Carrera incide en la necesidad de regular la realización de horas extraordinarias, "ya que la prolongación de la jornada se repite con demasiada frecuencia", así como mejorar la estabilidad laboral del sector, reforzando las plantillas. "El problema es que, muchas veces, estas incidencias se camuflan como enfermedad común, impidiendo que se vean como derivadas del trabajo", concluye.