Algunos de los medicamentos más comunes, como antihipertensivos, antihistamínicos o analgésicos, llevan en su composición un sesgo aragonés. Lo aporta la desconocida Rolabo Outsourcing, una empresa ubicada en el polígono Malpica de Zaragoza que fabrica principios activos para la industria farmacéutica. Cuenta con una plantilla de 80 trabajadores y entre sus clientes figuran grandes del sector como Pfizer o Sandoz. Aunque de capital extranjero y con base en Suiza, esta compañía de perfil innovador va a reforzar sus cimientos en la comunidad con la puesta en marcha de una nueva línea para la obtención de inmunosupresores de última generación, algunos de ellos con propiedades anticancerígenas. Este proyecto supondrá su entrada en el campo de la biotecnología y generará 32 nuevos empleos, la mayoría de alta cualificación.

La inversión, que rondará los 15 millones de euros, fue anunciada ayer durante una visita a la planta del consejero de Industria, Arturo Aliaga, que estuvo acompañado por responsables de Rolabo como Gisele Butelman, en representación de la propiedad, Alejandro Sureda, director general, y Federico Junquera, director de la planta. La iniciativa será declarada de interés autonómico por la DGA para agilizar su tramitación.

MÁS VALOR AÑADIDO Con este proyecto, Rolabo dará un salto cualitativo a su actividad, ya que fabricará principios activos de gran valor añadido. Es por ello que la compañía, con una facturación que ronda los 15 millones, espera duplicar sus ventas en dos o tres años. Casi el 90% de su negocio procede del exterior, donde vende a 30 países.

"Es un gran reto para la planta porque supone introducirnos en un campo novedoso como el de la biotecnología, lo que nos permite entrar en mercados muy selectos y con pocos competidores", explicó a este diario Federico Junquera.

La obtención de las moléculas será mediante procedimientos de biotecnología, utilizando procesos fermentativos a través de bacterias, en lugar de vía síntesis como hace ahora Rolabo. De esta manera, la firma se adentra en un campo de gran complejidad con procesos al alcance de muy pocas empresas.

La nueva instalación industrial contará con equipos de alta tecnología como un fermentador y estará operativa a principios del 2015. El proyecto es fruto del trabajo del departamento de I+D+i, que emplea al 22% de la plantilla de Rolabo.