La empresa Rolabo Outsourcing, ubicada en el polígono Malpica de Zaragoza y dedicada a la fabricación de principios activos para la industria farmacéutica, se encuentra inmersa en un ambicioso plan de expansión, que incluye la ampliación de su cartera de productos y la implantación de una nueva línea de productos obtenidos con procesos biotecnológicos. La compañía, que forma parte del grupo Farmhispania (de capital suizo), ha iniciado ya las obras para levantar una nueva nave química, de siete alturas y una superficie total de 5.206 metros cuadrados (unos 770 m² por planta), con lo que incrementará en un 50% el espacio total construido. Esta instalación, cuya inversión rondará entre los 6 y 7 millones de euros, se centrará en la fabricación de inmunosupresores y terapias contra el cáncer.

Se trata de una actividad novedosa en este mercado, lo que permitirá a Rolabo situarse en la «élite mundial de los productores de fármacos avanzados», aseguró a este diario Federico Junquera, director de la planta, que se puso en marcha en el año 1995. Hoy cuenta con 110 trabajadores, 30 más que hace tres años gracias a las inversiones realizadas en este periodo. Con los nuevos proyectos en marcha y el previsible incremento de la actividad industrial, la empresa prevé ampliar la plantilla otro 20% (unos 20 puestos más) en los próximos años.

La compañía suiza ha dado luz verde a la inversión después del éxito obtenido en una primera fase, que se lanzó en el 2014 con la construcción de una planta de producción de capacidad reducida. El proyecto, que fue declarado de interés autonómico por el Gobierno de Aragón, ascendió en su conjunto a 15 millones de euros y se encuentra actualmente en explotación industrial tras recibir la autorización de la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS).

El objetivo de esta segunda fase es hacer un centro productivo a mayor escala para multiplicar la capacidad y continuar así con el crecimiento en esta puntera línea de negocio: inmunosupresores de última generación, algunos de ellos con propiedades anticancerígenas.

competitividad / Tras haber sido concedida la licencia de obra el pasado mes de diciembre, los trabajos se iniciaron en febrero y su finalización está prevista para finales de año. La obra civil supone una inversión inicial cercana al millón de euros. La empresa trabaja en estos momentos en el desarrollo del resto de la ingeniería para dotar a la nave de servicios y maquinaria, con lo que el presupuesto total se situará en el entorno de los seis o siete millones a ejecutar en un mínimo de tres o cuatro años. La inversión, por tanto, superará los 20 millones si se suma el desembolso de la primera fase, en la que ya se adquirieron equipos tecnológicos de gran valor.

«Estos años atrás se ha invertido mucho dinero y esfuerzo en crear unas instalaciones y un equipo de trabajo competitivos, por lo que todavía no se han empezado a recoger los frutos de la inversión, lo que esperamos suceda a corto o medio plazo», apuntó Junquera.

Balance del 2016 / Rolabo experimentó el pasado año un fuerte crecimiento de su línea tradicional de negocio, en la que abarca una veintena de productos, entre ellos, antihipertensivos, antihistamínicos o analgésicos con los que provee a grandes clientes del sector como Pfizer o Sandoz. La producción a granel se situó el pasado año en 300 toneladas, el doble que en el 2015, mientras que la cifra de facturación de la planta creció un 20%. Este repunte se debe en buena medida, según Junquera, a que «las grandes multinacionales del sector que se fueron a los países asiáticos están volviendo a Europa por razones de calidad o por problemas medioambientales». Rolabo exporta el 90%-95% de su producción a unos 30 países, principalmente a la UE y EEUU.