La presidenta de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), Belén Romana, subrayó ayer que el banco malo se ha convertido en su primer año de vida en un "catalizador de la inversión extranjera" en España y en una pieza clave de la mejora de la economía. Romana, que compareció en la comisión del Parlamento de Cataluña que investiga la crisis y la desaparición de las cajas catalanas, explicó que la Sareb se creó a finales de 2012 con el objetivo de gestionar y comercializar, en un plazo máximo de 15 años, los activos inmobiliarios que le fueron traspasados de las entidades nacionalizadas. En total, la Sareb recibió una cartera inmobiliaria por valor de 50.700 millones de euros.

Romana hizo una valoración "muy satisfactoria" del primer año de funcionamiento de la sociedad, en el que ha vendido más de 9.000 viviendas y ha alcanzado unos ingresos de más de 3.500 millones de euros."La Sareb no sólo cumple con su mandato de gestión y venta, sino que ha actuado como catalizador de la inversión extranjera. Ha servido de reclamo indudable para la vuelta de los inversores extranjeros, sentando las bases recuperación", dijo Romana.

"Hace diez meses, esa realidad no parecía tan evidente, pero en los últimos meses hemos logrado concitar el interés de inversores internacionales, que han vuelto a poner España dentro de los mapas de sus inversiones".

Mientras, el exconsejero de Economía de la Generalitat de Cataluña, Antoni Castells, dijo que quiso crear en Cataluña un banco malo para aparcar los activos dañados de las cajas catalanas. "Intentamos convencer a Madrid de que pusiera en marcha ese instrumento. Y nosotros intentamos hacerlo a escala catalana, pero no fue posible". "No hubo una respuesta positiva en el Banco de España ni en el Ministerio de Economía".