La recuperación económica en España no ha estado alineada con el aumento de los salarios que en los últimos diez años han decrecido un 4%, una disminución que en el último año tuvo una caída del 1,8%, según un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el que se deja claro que ese retroceso no tiene nada que ver con una caída de la productividad que, sin embargo, crece.

«La productividad crece en España y eso supone que está en condiciones de elevar los salarios», explicó el director de la Oficina de la OIT en España, Joaquín Nieto, quien agregó que el aumento del salario mínimo -algo que propone el Gobierno- «corregiría esa situación de desproporción entre productividad y aumento de salarios, permitiría corregir la brecha de género y aliviaría la situación de muchos hogares».

El salario nominal en España entre 2016 y 2017 aumentó solo en 2 euros, pasó de 1.898 promedio mes a 1.900 euros por mes. No obstante, si se tiene en cuenta el crecimiento del nivel de vida se produjo una pérdida del 1,8%. En cuestión de género, las mujeres en España todavía cobran un 15% menos por hora que los hombres y «sin un motivo aparente», según el informe.