Hacía 10 años que un presidente español no hablaba ante el plenario del Foro Económico Mundial (WEF por su sigla en inglés), en la localidad suiza de Davos, y ayer lo hizo Pedro Sánchez para defender una visión socialdemócrata de la economía y de la globalización centrada en superar la desigualdad heredada de la gran recesión y en evitar que la era digital en marcha abra nuevas brechas de inequidad en la sociedad y en el mundo.

Sánchez aprovechó su intervención para exponer su punto de vista como líder europeo sobre el reto que supone la decisión del Reino Unido de abandonar la Unión Europea. Desde su punto de vista, el brexit también supone «oportunidades para los estados europeos para afianzar y ahondar en nuestro proceso de integración», respondió Sánchez al moderador de su intervención en el Foro de Davos, el noruego Borge Brende.

«Mirando más allá de los indicadores macroeconómicos, nuestras sociedades están aún intentado salir de las consecuencias de la crisis. La polarización, la decepción con los gobiernos, el autoritarismo, el populismo reaccionario y la desigualdad. Hemos de superar los errores cometidos», dijo Sánchez en su discurso España y el mundo al que asistieron poco más de un centenar de personas, aproximadamente la cuarta parte del aforo total.

La «predistribución» de la riqueza entre las diferentes clases sociales y el desarrollo de una renta básica universal son las aportaciones, que según Sánchez, ha hecho la socialdemocracia al debate poscrisis. Frente a esto, el presidente socialista criticó el modelo neoliberal, «mezcla de desregularización y liberalización» que han hecho el mundo más hostil para los que no son poderosos».

Durante su discurso inicial, Sánchez mostró su «orgullo» por el crecimiento de la economía española, que, según las previsiones del Fondo Monetario Internacional, «volverá a crecer más que Francia, Italia, Alemania y la media de la zona euro hasta mediados del 2020». El presidente precisó que en el 2019 se crearán «alrededor de 330.000 empleos», una cifra inferior a la estimada para el 2018 y por debajo de los 400.000 puestos a los que hasta ahora hacía referencia el Gobierno en sus previsiones.

El presidente defendió que el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2019 aseguran la «sostenibilidad a largo plazo» de las cuentas públicas, combaten la desigualdad y recuperan la inversion en ciencia e innovación.

Además, abundando en los grandes debates de Davos, Sánchez citó la lucha contra el cambio climático y la transición energética entre las prioridades de su Gobierno. Según las cifras que maneja el Ejecutivo, estos objetivos movilizarán una inversión en el entorno de los 200.000 millones de euros en la próxima década, el 80% de ellas provenientes del sector privado.

Sánchez se reunió ayer con los consejeros delegados de Microsoft, Satya Nadella, y de Arcelor Mittal, Lakshi Mittal. Hoy lo hará con representantes de Booking.com, Facebook, IBM y Amazon Web Services.