La junta de accionistas del Santander Central Hispano (SCH) aprobó ayer la adquisición del británico Abbey National --"una compra, que no una fusión", según Emilio Botín--. El presidente del primer grupo financiero español, que se convierte ahora en el décimo banco del mundo, subrayó que la operación se realiza "pagando con papel del banco, porque pagar con efectivo lo puede hacer cualquiera". El Santander pagará los 12.800 millones de euros en acciones propias.

Francisco Gómez Roldán fue designado ayer consejero delegado del Abbey, en sustitución del británico Luqman Arnold, que seguirá como asesor del banco hasta el 2005 y recibirá un premio de 5,25 millones de euros --"tal y como tenía acordado con el consejo de administración del Abbey", según Botín--.

Tras la junta de accionistas, en la que sólo hubo una docena de intervenciones, Botín se justificó por nombrar a un español como primer ejecutivo de la entidad británica. "Desde el primer momento, tanto el consejero delegado (Alfredo Sáenz) como yo, teníamos claro que preferíamos poner un crack nuestro al frente del banco, aunque hubiésemos tenido un auténtico crack local.Queríamos que fuera nuestro". La compra se cerrará el 12 de noviembre cuando el Financial Services Authority dé su aprobación final.