El Banco Santander ofrece a los pequeños accionistas que perdieron su inversión en el Banco Popular, intervenido por la entidad presidida por Ana Botín, bonos por los que no tendrán que hacer ningún desembolso a cambio de renunciar a cualquier tipo de demanda. El banco ha registrado el folleto de la emisión, que ascenderá a 981 millones de euros en obligaciones perpetuas contingentemente amortizables, que la entidad denomina «bonos de fidelización».

De todas formas, el desembolso previsto ascenderá a un máximo de 680 millones de euros. Las valoraciones teóricas emitidas por expertos independientes, como AFI e Intermoney, sitúan el valor razonable entre el 68,16% y el 75% del nominal.

La medida es para compensar a los clientes minoristas afectados por la resolución de Popular. En concreto, a los que participaron en la última ampliación de capital (realizada el año pasado) y a poseedores de deuda subordinada.

RENUNCIA IRREVOCABLE

La condición esencial que impone la entidad bancaria es «renunciar irrevocable e incondicionalmente al ejercicio de acciones y reclamaciones legales (así como, en caso de haberlas iniciado ya, deberán obligarse irrevocable e incondicionalmente a instar su terminación) contra el Grupo Santander, así como el Banco Popular y sus antiguas filiales o administradores y otros.

Los minoristas del Popular podrán aceptar los bonos desde hoy hasta el próximo 7 de diciembre. Los títulos ofrecen un interés anual del 1% durante los siete primeros años. La entidad ofrecerá la posibilidad de amortizarlas a los siete años o incluso antes en algún caso.

La venta del Popular al Santander por un euro dio lugar a una oleada de reclamaciones por parte de los afectados contra la entidad compradora, el Mecanismo Europeo de Resolución y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).