El Grupo Santander ganó 2.611 millones de euros (434.434 millones de pesetas) el año pasado, un 16,2% más que en el ejercicio anterior. Emilio Botín, el presidente del primer banco español, satisfecho por romper los récords que él mismo marca, dio a conocer ayer los resultados del grupo. En la última junta de accionistas había prometido que los beneficios rebasarían los 2.500 millones de euros. Y así fue.

El banquero cántabro cargó de nuevo contra "las grandes fusiones transfronterizas entre iguales, porque no crean valor para el accionista" y destacó las reformas "muy, muy positivas" que se han hecho en la economía española. "Esa debería ser la línea a seguir en el futuro", recalcó. Sin embargo, a la hora de opinar sobre los programas económicos del PP y del PSOE para las elecciones del 14-M, se acogió a lo de "un banquero no opina sobre programas de partidos". En cuanto al cambio de Gobierno en Catalunya, se limitó a señalar que "son los catalanes los que han votado y no entro a juzgar".

IMPACTO DE LA DIVISA En la cuenta de resultados, la depreciación de las divisas aún impactó un 15% en el margen de intermediación, que descendió hasta los 7.958 millones de euros, en especial por el retroceso del dólar. Botín destacó que el Santander ha amortizado todo el fondo de comercio de la compra del banco brasileño Banespa, mediante 1.719 millones de euros procedentes de resultados extraordinarios. El cuarto trimestre fue el mejor del año, ya que el resultado superó en un 6,8% el del tercer trimestre y un 29,6% el del año anterior. La ratio de eficiencia también mejoró en casi tres puntos, (49,3%), aunque el objetivo es bajar hasta el 40%.

Sobre el aumento de actividad y la cuota de mercado, el cántabro destacó que "si el Santander está ganando cuota a la banca, Banesto lo está haciendo frente a las cajas". Y aprovechó para respaldar el buen ejercicio del banco que preside su hija, Ana P. Botín. Los halagos a la gestión en Banesto, sin embargo, no son ningún indicativo de que vaya a producirse ningún cambio en la cúpula del banco. Emilio Botín, que en octubre cumplirá 70 años, no piensa en jubilarse. "En el SCH no hay fecha para que se jubilen ni el presidente ni los consejeros. Todo depende de cómo se encuentre el presidente", explicó.

MEJORA EN AMERICA Sobre Latinoamérica, Botín insistió: "Es parte del ADN del Santander", y aseguró que lo peor de la crisis ha quedado atrás. "La única opción es crecer o crecer". Volvió a destacar el papel de Brasil, al tiempo que comentó que todos reconocen ahora los resultados, cuando él ya lo había previsto hace dos años.

Las filiales latinoamericanas tuvieron un beneficio neto atribuido de 1.318 millones de euros, el 4,64% menos que en el ejercicio anterior, por la citada depreciación del dólar y las monedas locales frente al euro. En el área crecerá entre un 4% y un 5% este año. Según las cuentas del SCH, sin el efecto negativo de los tipos de cambio, los resultados hubieran aumentado un 28%.

Como siempre, obsesionado con la cotización bursátil, destacó que había creado valor por 13.600 millones de euros y que "pasamos del puesto 16 al número 11 del mundo por capitalización". Pero reconoció que no habían entrado aún entre los 10 primeros. La acción se ha revalorizado un 43,6% durante el 2003.