EL PRESIDENTE de Seat, Jürgen Stackmann, confirmó ayer el secreto a voces de que la fábrica de Martorell ha perdido la pugna con Skoda por la producción del nuevo todocamino (SUV, en sus siglas en inglés), que lo harán sus colegas checos. La planta se postula para asumir otros modelos de la multinacional alemana en el 2015, según fuentes próximas a Seat. Desde hace meses, la opción checa era la preferida por Volkswagen (VW) por permitir un ahorro del 40%. La inversión para el SUV en Kvasiny supera los 200 millones.