Pese a que el futuro de Seat apunta en positivo, tras el anuncio por parte del Grupo Volkswagen de su intención de otorgar a la marca española el desarrollo de una nueva plataforma de vehículo pequeño 100% eléctrico, la realidad de la pandemia ha devuelto a la firma a los números rojos, algo que no ocurría desde 2015. Seat cerró 2020 con una pérdida operativa de 339 millones de euros (en 2019 el beneficio operativo fue de 445 millones) , lo que supone un importante retroceso respecto a los últimos cinco años en los que la marca española engarzó beneficio tras beneficio.

En la conferencia anual de resultados del Grupo Volkswagen celebrada hoy en Wolfsburg, las marcas de consorcio alemán dieron a conocer sus números del pasado año, un ejercicio marcado claramente por la pandemia. La cifra de negocio del grupo alcanzó los 222.884 millones en 2020, un 11,8% menos que en 2019, tras vender 9,30 millones de vehículos, lo que supuso una caída del 15,2% si se compara con los 10,97 millones de automóviles que matriculó en el ejercicio anterior. Mientras, el beneficio operativo del consorcio automovilístico retrocedió un 43%, hasta 9.675 millones de euros, mientras que su beneficio antes de impuestos cayó un 36,4%, con 11.667 millones de euros.

El derrumbe de los beneficios de Seat hay que buscarlos primordialmente en la pandemia, que bloqueó la planta de Martorell, y en el confinamiento, que dejó sin actividad a los concesionarios de la marca. También, según Frank Witter, director financiero del grupo Volkswagen (que abandona el cargo este año), el resultado operativo de Seat también recibió el impacto negativo de 262 millones de euros por gastos relacionados con las sanciones por exceso de emisiones.

Cinco años ejemplares

Seat salió de los números rojos en 2015, cuando consiguió un beneficio de 6 millones de euros tras un 2014 en el que cerró con unas pérdidas de 65,7 millones. Volver a los beneficios era algo que no sucedía desde 2008. Entre 2015 y 2019 la marca española se mostró como una de las más sólidas del grupo, cosechando récord tras récord (tanto financiero como en número de ventas). En 2016 ganó 153 millones de euros y vendió 408.700 coches; en 2017 logró un beneficio de 191 millones y 468.431 vehículos en el mercado; en el año 2018 sus cifras se dispararon a 254 millones y 517.627 coches matriculados; finalmente, en 2019, su beneficio operativo llegó a los 445 millones de euros, con unas ventas récord en toda la historia de la marca con 574.078 modelos comercializados.

El impacto negativo de 2020, no obstante, espera revertirse en 2021 con la esperada recuperación de parte del mercado mundial a partir de tercer trimestre del año y la llegada de nuevos modelos. La marca española (junto con Cupra) crecerá en oferta con le incorporación de nuevos modelos como el Cupra Born y la consolidación del nuevo Seat León (también como Cupra) y del Cupra Formentor que llegaron al mercado en plena pandemia. Paralelamente, la firma de Martorelll ofrecerá nuevas versiones híbridas enchufables en buena parte de su gama, lo que sin duda contribuirá a reducir la cifra de emisiones que en 2020 también lastraron sus resultados financieros. Además, la planta de Martorell se prepara para el futurto eléctrico y ha iniciado su transformación con una inversión de 2.400 millones directos sobre la fábrica y otros 2.600 en procesos de electrificación, investigación y desarrollo. Todo esperando el nuevo coche eléctrico del segmento B del consorcio.