La demanda exterior neta se mantuvo en el 2003 como uno de los principales motores de la economía aragonesa. Así se refleja en el Informe Económico de Aragón 2003, elaborado por el Consejo de Cámaras de Aragón y Caja Inmaculada (CAI), que fue presentado ayer en Zaragoza. El informe --que ha sido dirigido por la Fundación Economía Aragonesa (Fundear)-- también incide en el consumo privado y en el fuerte dinamismo de la inversión en construcción como factores que han impulsado el crecimiento de la comunidad en el pasado ejercicio.

Aunque el estudio recuerda que la economía aragonesa es abierta a los intercambios internacionales y con una balanza comercial con superávit (frente a lo que ocurre en España), el catedrático y director de Fundear, José María Serrano, destacó el espectacular crecimiento del 22,8% experimentado por las exportaciones en la comunidad en el 2003. "Además, sus principales clientes son los países más competitivos de la Unión Europea. Si el comercio exterior es una prueba de la capacidad de competir de una economía, la aragonesa ha reforzado su posición", añadió Serrano. La comunidad exportó 800 millones de euros más de los que importó, cifra que equivale al 3,5% del producto interior bruto (PIB) regional.

El estudio también pone de manifiesto el comportamiento experimentado por los mercados financieros, ya que en el segundo trimestre del 2003, la economía aragonesa abandonó su tradicional posición acreedora, dando paso a un fuerte impulso a la inversión, muestra del dinamismo y fortaleza de la región. "En el 2003 se produjo una novedad de carácter histórico, ya que los créditos superaron a los depósitos. Prueba del dinamismo y la confianza en el futuro de los agentes económicos aragoneses es que el sistema financiero aragonés se ha visto obligado a importar ahorro, como ocurre en las áreas más dinámicas de la economía", aclaró Serrano.

El estudio --que fue presentado en una jornada en la que también participaron el presidente de la Cámara de Zaragoza, Manuel Teruel; el presidente de CAI, Fernando Gil; el consejero del Banco de España, Julio Segura, y el consejero de Economía del Gobierno de Aragón, Eduardo Bandrés-- pone de manifiesto que desde el punto de vista de la oferta, las cuatro grandes ramas productivas evolucionaron mejor que en el 2002 y que a nivel nacional. En este sentido, destacó la recuperación iniciada por la industria, así como el dinamismo del sector servicios, que creció más que en España.

Por su parte, Bandrés recordó que el crecimiento económico es determinante para el bienestar de la sociedad y para aplicar políticas de progreso y manifestó la necesidad de que sea "estable" y "a largo plazo". En este sentido, señaló que el Gobierno trabaja para poner las bases lo hagan posible "a través de un nuevo modelo de crecimiento".