Un año después del maremoto que puso patas arriba lo que antes era conocido como normalidad, la marea se va recogiendo y deja a la vista una de las muchas heridas que está dejando la pandemia: las secuelas en el mercado laboral. 401.328 personas han visto embarrancar, de momento, sus carreras profesionales fruto de esa tormenta y han pasado a engrosar las listas del paro, que rozan hoy los cuatro millones de desempleados. Y, en paralelo, el parón económico del que todavía no se han reactivado varios sectores deja un balance de 326.000 ocupados menos, sin contar con los 743.628 afectados por un erte que no saben cuando podrán volver a trabajar al 100%.

“Todavía quedan unos meses difíciles. Hay empresas que están aguantando por las expectativas que tienen puestas en el verano. Pero si, por lo que sea la situación se retrasa, no se si llegarán”, señala el investigador de la Universitat de Barcelona (UB) Raúl Ramos. “El reto ahora es como recuperar el empleo, reincorporando a los parados y a las personas en erte. Tengo la sensación de que el Gobierno piensa que esto se resuelve solo con los ertes. Falta un agenda de empleo. No va a ser tan fácil, los números sencillamente son demasiado grandes” añade Jansen.

¿Cómo será el mercado laboral pos covid?

La crisis del coronavirus promete acelerar algunas de las transiciones que ya estaba viviendo la economía española. El primer gran cambio ya lo están practicando muchos: el teletrabajo. Cerca de tres millones de españoles, según los últimos datos del INE, ejercen desde sus casas con ciertas asiduidad, cinco veces más que antes del virus.

En este sentido, la digitalización de los negocios es otra de las transformaciones transversales que está acelerando el covid. “Estamos viendo ya cambios en los hábitos de consumo. No todo el mundo cuando pueda volver a las tiendas, volverá. Habrá algunos que ya se quedarán en el comercio electrónico, por ejemplo. Y eso afectará al empleo”, afirma el investigador de la UB.

La llegada de los fondos europeos está diseñada para acompañar ese “cambio de modelo productivo” (la expresión de moda), aunque de momento su impacto no deja de ser una incógnita. “La inercia nos empujará a, cuando la situación sanitaria esté normalizada, volver a dar protagonismo a los sectores que tradicionalmente han tirado del empleo. Ahí entran las políticas públicas, para orientar a esos sectores hacia la digitalización o el desarrollo sostenible. Lo que redundaría en mayor valor añadido y un empleo de mayor calidad”, apunta investigador del Centro de Políticas Económicas EsadeEcPol, Carlos Victoria. "A finales de año, solapado con los efectos de la vacuna, podemos empezar a ver sus efectos sobre el mercado laboral", añade.