Julio Segura, presidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) entre el 2007 y el 2012 a propuesta del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer que su organismo «hizo lo posible, dadas sus competencias supervisoras y las limitaciones de la legislación», para gestionar los problemas derivados de la crisis. Incluso, sostuvo en la comisión de investigación de la crisis en el Congreso, llegó más lejos y «se forzó hasta límites discutibles» la legislación para proteger a los inversores.

En particular, Segura defendió que la CNMV trató de proteger al máximo a los pequeños accionistas de la salida a bolsa de Bankia del 2011 contribuyendo a rebajar el precio inicial de las acciones, una operación en la que aseguró que no recibió ninguna presión del Gobierno o del Banco de España para que saliera adelante.

«El precio objetivo que daban los expertos a la acción era 4,1 euros, no los 3,75 a los que comenzó a cotizar. Se comportó mejor que el sector hasta el 7 de febrero. Nadie sabía hasta entonces que tenía problemas ni se conocían antes de la salida a bolsa», defendió antes de afirmar que Bankia no le llegó «cadáver» aunque posteriormente estuviera a punto de serlo en el año 2012.

El exalto cargo de la CNMV y el Banco de España fue de los pocos comparecientes en la comisión de investigación del Congreso que hizo autocrítica. Así, aseguró que se «pecó de optimista» en la estimación de la capacidad de resistencia de la banca a la crisis, ya que las entidades tenían una «muy alta» exposición inmobiliaria y había «evidencia sólida» de la sobrevaloración de la vivienda desde el 2003.

También apuntó al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero: «El diagnóstico oficial fue excesivamente optimista, no sé si porque los gobiernos deben ser optimistas en sus declaraciones públicas o porque se partió de un análisis equivocado».

FRAUDE DE LAS PREFERENTES

Segura mantuvo, asimismo, que las entidades financieras comercializaron las preferentes de forma «muy inadecuada», a muchos clientes que no sabían lo que compraban, pero argumentó que la CNMV solo podía comprobarlo a posteriori, como hizo. «Nadie puede estar contento con los resultados económicos y sociales de la crisis desde el punto de vista de la desigualdad, ni afirmar que todo funcionó estupendamente», reconoció.

Por su parte, José Manuel Campa, secretario de Estado de Economía en la época de la vicepresidenta económica socialista Elena Salgado, defendió que las ayudas inyectadas a la banca «han compensado», ya que el coste macroeconómico de no haberlas dado hubiera sido mayor que el del rescate.

También defendió que el Gobierno de Zapatero no tomase una «estrategia más agresiva de actuación» para sanear la banca, con medidas como un manguerazo generalizado de capital a todas las entidades.