La organización de autónomos UATAE estima que en España existen actualmente alrededor de 225.000 falsos autónomos, es decir, trabajadores por cuenta propia que deberían ser asalariados. El número, basado en datos de la última Encuesta de Población Activa, supone un aumento del 7,1% respecto al año anterior y se traduce en un coste para las arcas comunes de la Seguridad Social de 592 millones de euros.

"Este fraude no cesará de aumentar hasta que el Gobierno reforme la legislación de cotizaciones para adaptarlas a los ingresos y hasta que no entre de lleno a sancionar de manera muy contundente a las grandes empresas que recurren a los falsos autónomos", afirma la presidenta de UATAE, María José Landaburu.

Dichos cálculos sobre el dinero que deja de ingresar el Estado los realiza UATAE en base al cruce del sueldo más frecuente de los asalariados, el 28,3% de ingreso medio inferior de un trabajador por cuenta propia que uno por cuenta ajena y la imputación de que estos 225.000 falsos autónomos están cotizando por la base mínima. Dicha metodología no es compartida por otras organizaciones, como ATA, que rebaja la cifra a los 100.000 falsos autónomos y un coste de entre 250 y 350 millones de euros.

Otras, como UPTA, van más allá y afirman que "es muy atrevido cuantificarlo", en palabras de su presidente, Eduardo Abad. Fuentes del Ministerio de Trabajo han afirmado que el Gobierno tampoco tiene cuantificado el fenómeno y que prefiere no realizar estimaciones sobre el coste a las arcas públicas que ello supone, así como tampoco avanzar cuánto prevé recuperar mediante las intervenciones previstas en el Plan Director por un Trabajo Digno 2018-2020.