Los sindicatos de Ibercaja quieren que la entidad ponga las cartas boca arriba en la negociación del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que podría suponer la salida de hasta 375 empleados. A falta de solo cinco días para que termine el periodo de negociación, los representantes de los trabajadores exigieron ayer a la dirección un documento en el que se precisasen las condiciones de salida de los afectados por el ajuste --la mayor parte bajas voluntarias a partir de 59 o 60 años--, así como el cierre de oficinas previstas en los próximos meses. De momento, la parte social todavía desconoce la afección concreta del ERE.

Pero los sindicatos van más allá y han pedido a Ibercaja, no solo un documento sobre los términos definitivos del ajuste, sino también que la negociación actual sirva para determinar las condiciones de los empleados que podrían abandonar el banco en próximos años (la entidad tiene previstos dos ERE más en el 2015 y 2016). "Queremos una solución definitiva y que la plantilla y la entidad tengan estabilidad a partir de ahora", apuntaron ayer fuentes sindicales.

Por ahora, se desconoce si Ibercaja fijará la edad de salidas voluntarias a los 60 o a los 59, una posibilidad que no descarta y que supondría elevar a 280 los trabajadores afectados --de 60 y 61 años son un total de 173--. Además, fuentes sindicales también ven escollos en la negociación de hipotéticos traslados de empleados provocados por las vacantes que se generen en el proceso.

Pese a todo, este ajuste laboral no se prevé traumático, ya que es una reedición del aplicado el año pasado, cuando hubo 205 prejubilaciones. Está previsto que hoy mismo dirección y sindicatos mantengan un nuevo encuentro.