Mariano Rajoy elige días clave para hacerse la foto con los sindicatos. La de ayer, en vísperas del Primero de Mayo, podría repercutir negativamente en la imagen de los sindicatos, pero tuvo luces y sombras. Los datos de la EPA del martes rebajaron el optimismo del Gobierno y abrió el portillo a que las centrales le ofrecieran su alternativa a una política de ajuste que dan por fracasada.

La reunión se solicitó el 11 de marzo como parte de la campaña de la Confederación Europea de Sindicatos (CES), que preside Ignacio Fernández Toxo, para explicar a los mandatarios de la UE el plan de inversiones para cambiar el modelo de crecimiento de la economía europea. Además, asistieron Cándido Méndez (UGT) y Julio Salazar (USO), la secretaria general de la CES, Bernadette Sègol y la ministra de Empleo, Fátima Bañez.

El plan de la CES propone una inversión del 2% del PIB europeo (250.000 millones) en los próximos 10 años que reactive el crecimiento sostenible y que podría generar 11 millones de empleos de calidad. El transporte, las infrestructuras y los sectores energético y tecnológicos serían los destinatarios de estos planes. Rajoy recibió el plan con interés pero discrepó sobre la financiación. Sobre el encuentro planearon dos cifras: la previsión del Gobierno sobre empleo y la dura realidad de la EPA.