Sita Murt pertenecía a una dinastía del género de punto de Igualada. Una emprendedora de tercera generación, madre de cuatro hijos, todos también en el negocio de la moda. Ganó relevancia en el sector hace una decena de años con el cambio de marca de Esteve a Sita Murt. Se abrieron tiendas al mundo y la imagen de marca se forjó con ella al frente.

Sita --procedente de Carmencita-- era hija del dueño de una fábrica de curtidos de la capital de la Anoia. Se casó con Toni Esteve Enrich, que gestionaba una empresa familiar en la que, al cabo de unos años, con los hijos ya mayores, ella le acabó apoyando en el área de diseño. "Lo de quedarme en casa no iba conmigo. Así que empezamos a realizar nuestros propios modelos, con visión de futuro", explicaba a EL PERIÓDICO hace unos años. La muerte prematura de su marido cambió todos los planes: así que, recién hecha la apuesta por el diseño, novata ella en la gerencia de una compañía, su suegro le dio su confianza. "Mucha gente en la empresa receló de mí. Por mujer. Y por joven. Pero soy muy tozuda. Y me volví muy valiente", relataba.

En la comarca de Anoia, Sita Murt, ha sido importante. Donde el textil no es ni la sombra de lo que fue, Sita Murt deja la huella de la innovación y la modernidad. El ama de casa que estudió en la Escola de Disseny Tèxtil de Sarrià descubrió en el diseño de moda una forma de vida. Creatividad e innovación para forjar un estilo propio. Amante de los conciertos de Calamaro, las exposiciones y las galerías de arte, Sita aportó una mente capaz de procesar múltiples tendencias para crear con pasión empresa, diseños y moda.