El sector de la maquinaria de obras vuelve a latir. Smopyc 2017, el mayor salón de esta actividad que se celebra en España y el sur de Europa, abrió ayer en la Feria de Zaragoza su edición número 17 recuperando parte del músculo perdido en los casi diez años de crisis que arrastra el mercado. El optimismo y las buenas sensaciones son patentes entre los 870 expositores presentes en la cita, que ha elevado un 21% el número de firmas participantes en relación a la edición del 2014 (la feria es de carácter trianual). La gran novedad es que las empresas atisban un «ilusoinante» repunte de las ventas de equipos a nivel nacional tras una larga etapa en declive, lo que suma a las grandes oportunidades que ya ofrecían los mercados exteriores, en los que se han refugiado en estos duros años los fabricantes aragonesas y españoles.

«El sector está subiendo, es innegable, después de casi diez años de bajada. El crecimiento no es para echar cohetes pero hay un punto de inflexión», explicó Jorge Cuartero, director general de la Asociación Española de Fabricantes de Maquinaria de Construcción, Obras Públicas y Minería (Anmopyc), una organización con sede en Zaragoza que agrupa a 90 compañías, de las que el 25% son aragonesas.

Con todo, la recuperación va por barrios y sigue habiendo «grandes incertidumbres», apuntó Cuartero. Así, mientras la construcción de viviendas se está reactivando de forma clara, la obra pública sigue en barbecho por la escasa inversión de la Administración. A pesar de ello, desde Anmopyc aprecian «un cambio de tendencia», ya que las empresas están volviendo a comprar maquinaria nueva después de unos años copados por los equipos de segunda mano.

Presencia aragonesa / El 58% de los expositores que exhiben sus productos y servicios en los 65.000 metros cuadrados que ofrece Smopyc son extranjeros (488 procedentes de 29 países) y el 42% restante españoles. Entre estos últimos figuran 59 empresas aragonesas. Es el caso de Cintasa, ubicada en Utebo y dedicación a la fabricación de cintas transportadoras. «El mercado nacional empieza a moverse. No es para lanzar las campanas al vuelo pero hay más ánimo, que no es poco», explicó Rafael Simón, presidente y fundador de la empresa, que cuenta con de 81 trabajadores. Al igual que otras muchas compañías, la crisis ha hecho que la mayor parte de sus ventas (65%-70%) procedan del exterior, sobre todo de Alemania, Reino Unido, Austria, EEUU y Cánada. En el 2017 espera mejorar la facturación del año pasado, que se situó en 11,2 millones de euros.

La progresión de Industria Leblan, ubicada en La Puebla de Alfindén, es también muy positiva. Esta compañía, especializada en en plantas de tratamiento y valorización de residuos, está igualmente volcada en el exterior y acaba de abrir en una filial en Estados Unidos. «La cartera de pedidos para el 2017 es robusta», indicó Luis Alonso, director general de la compañía, que tiene 85 empleados. «El mercado nacional empieza haber un repunte, que no es poco, después de tantos años de sequía», detalló.

La visión es la misma en Taim Weser, el fabricante de grúas que tiene su planta en La Cartuja de Zaragoza. «Esperamos que las sensaciones de que empieza a haber movimiento en España se materialicen y confirmen con inversiones en grandes proyectos», confió Luis Monge, director comercial de la compañía.