Una carrocería sin defectos. Ese es el objetivo de la aragonesa J3D Vision, una empresa que surge del Grupo de Ingeniería de Fabricación y Metrología Avanzada (GIFMA), uno de los equipos de investigación del Instituto de Investigación en Ingeniería de Aragón (I3A).

Jorge Santolaria, Jesús Velázquez, David Samper y Juan José Aguilar son los fundadores de la empresa y los creadores de esta novedosa tecnología que busca «detectar pequeños fallos de pintura» sin sacar el vehículo de la línea de fabricación y sin alterar el flujo normal del proceso de producción.

«Buscamos que durante el proceso de fabricación se detecten lo antes posible las anomalías en las carrocerías y eso trae consigo un ahorro de coste porque cuanto antes detectas un defecto, menor es el coste de su reparación», explica Santolaria. Además, «en la industria de la automoción se busca ahorro de costes de personal y todo lo que supone la automatización de un proceso es un beneficio desde el punto de vista de la empresa», añade.

Estos aragoneses comenzaron a desarrollar la tecnología en torno al 2011, a raíz del contacto con General Motors, que les trasladó la necesidad de cambiar el proceso de detección de fallos en la pintura de los vehículos, una fase que todavía era completamente manual y que consistía en realizar una inspección visual de las carrocerías durante el proceso de producción.

40 tipologías de anomalías

El sistema desarrollado por la aragonesa J3D Vision está basado en un túnel de inspección que permite generar luz estructurada de alto contraste. Este cuenta con distintos algoritmos para detectar defectos sutiles en la pintura de las carrocerías, como pueden ser «pequeñas suciedades, pequeñas gotas, abolladuras o descorchados».

Así, la nueva tecnología permite detectar más de 40 tipologías catalogadas de anomalías en la pintura de los vehículos. «Son anomalías especialmente difíciles de detectar porque la pintura va cubierta de una capa de laca que hace que esta se vea muy brillante», añade Jorge Santolaria.

Actualmente el sistema creado por J3D Vision está instalado en dos líneas de pulido de la planta de General Motors ubicada en Figueruelas para inspeccionar las zonas del capó y del techo y la tecnología se está introduciendo en las líneas de producción de forma gradual con objeto de validarla y comprobar su efectividad. «Estamos trabajando en las superficies verticales y se prevé que a mediados de marzo esté inspeccionándose el coche completo», señala Santolaria.

La idea de la empresa aragonesa J3D Vision es extender su novedosa tecnología también a proveedores de la industria de la automoción, incluso a otros sectores, siempre que utilicen en su proceso de producción chapas pintadas reflectantes. Por lo tanto, sectores como el del electrodoméstico o el de la alimentación, en temas de recubrimientos, podrían beneficiarse del sistema.

Sin embargo, antes deberán crecer y como primer objetivo J3D Vision busca extender el sistema dentro de General Motors a otras plantas del grupo, con el reto de internacionalización que ello implica.

Sin alterar el ritmo

La novedad de esta tecnología respecto a otras similares que funcionan tanto en España como fuera de ella es que en este caso el sistema es capaz de examinar la pintura sin la necesidad de «detener los coches durante la inspección, registrar su posición o con la utilización de tiempos de ciclo muy elevados que hacen que el ritmo de producción se vea alterado».