Telefónica sigue creciendo. Durante el pasado 2019, la multinacional de las telecomunicaciones española obtuvo un beneficio neto subyacente de 3.574 millones de euros, elevó sus ingresos un 3,2% y un 1,9% su resultado operativo antes de amortizaciones e impuestos. Sin embargo, este año el impacto de la pandemia del coronavirus Covid-19 afectará a la compañía y a la cotización de sus acciones.

Con este cumplimiento de sus objetivos financieros, Telefónica encadena siete años consecutivos de crecimiento. Así lo ha anunciado su presidente ejecutivo, José María Álvarez-Pallete, en la Junta general de accionistas celebrada telemáticamente este viernes y en la que han sido representados hasta 22.082 accionistas, más de la mitad de la empresa.

El año pasado Telefónica también logró niveles récord en generación de caja con una inversión de alrededor de 8.800 millones de euros en las mejores plataformas. Ese elevado volumen de inversiones no ha evitado que tener un flujo de caja libre de alrededor de 6.000 millones de euros que, según Álvarez-Pallete, supone su mejor registro desde 2012. La multinacional también siguió reduciendo su deuda, que desde junio del 2016 ha disminuido en 15.000 millones de euros.

ADAPTACIÓN A LA CRISIS

Telefónica también se ha visto obligada este año a adaptarse a las turbulencias generadas por la pandemia. Así, un 95% del equipo pasó al teletrabajo. En medio de la conmoción mantuvimos las comunicaciones, somos el soporte que ha mantenido las empresas, ha señalado Álvarez-Pallete, que ha aprovechado para lamentar el fallecimiento de nueves empleados de la empresa.

Por otro lado, la crisis sanitaria y el confinamiento también han permitido una aceleración del negocio de Telefónica. Se ha avanzado en la digitalización social lo que habríamos tardado un lustro en una situación normal, ha explicado su presidente ejecutivo. Telefónica tiene hoy un papel crucial. A pesar de la incierta situación actual, la compañía ha subrayado que su sólida posición de liquidez (22.500 millones de euros, la posición más sólida de los últimos 14 años) y el hecho de ser un negocio más resistente le permiten mantener el dividendo de 0,4 euros por acción.

Durante la pandemia, la multinacional ha remarcado sus operaciones socialmente responsables con aportaciones de conectividad en hospitales y hoteles medicalizados, su apoyo a plataformas digitales educativas y de empleo y la inversión de 25 millones de euros en material sanitario. Álvarez-Pallete también ha remarcado el uso de Big Data, Inteligencia artificial y de la robótica en procedimientos médicos y de sanitización de espacios.

VISTA AL FUTURO

Telefónica quiere ser motor de la reactivación económica. El futuro pasa por las redes y la digitalización, ha señalado su presidente, que calcula que la reinvención digital podría tener un impacto de hasta el 1,8% del producto interior bruto (PIB) hasta el 2025. Así, también han anunciado su apoyo en el proceso de digitalización de las pymes, especialmente importantes para la economía española.

Álvarez-Pallete ha insistido en que 2020 debe ser el año de arranque del plan de acción para cambiar Telefónica, basado en un impulso de sus cuatro mercados clave (España, Alemania, Brasil y el Reino Unido), que representan 4/5 partes de sus ingresos.

Las otras patas de ese plan son la reducción de su exposición en Hispanoamérica, el impulso de proyectos de infraestructuras de telecomunicaciones, la potenciación de la digitalización para frenar la emergencia climática y de convertir Telefónica Tech, dedicada al Big Data, la ciberseguridad, la cloud e Internet de las cosas (IoT, por sus siglas en inglés), en líder mundial de B2B. Los servicios de esta última rama, la de más proyección futura, crecieron un 30% en 2019 y selló acuerdos con gigantes del sector como Microsoft o Google.