Jesús Terciado, presidente de la Cepyme, delegará temporalmente estas funciones y las de vicepresidente de la CEOE para que la denuncia que pesa sobre él por utilizar dos de sus empresas para cobrar un sueldo de la patronal, no sea una losa en el proceso electoral de la patronal que culmina el 17 de diciembre.

Este es el segundo vicepresidente que pierde Juan Rosell en las últimas semanas por un presunto caso de corrupción, tras la dimisión, también temporal, el 15 de octubre del madrileño, Arturo Fernández por el caso de las tarjetas opacas de Caja Madrid.

Terciado anunció su decisión ayer al comité ejecutivo de la patronal. En su mensaje a la CEOE, aseguró que no estaba inmerso en ninguno de los supuestos que contempla el código ético de la organización, pero que dejaba sus funciones por un tiempo para "evitar cualquier intento de instrumentalizar" la denuncia que presentaron dos empresarios de Salamanca, ante el próximo relevo en la patronal.

El hasta ayer presidente de la Cepyme ha sido citado para declarar ante el juez el próximo día 12, junto con su antecesor Jesús Bárcenas, el secretario general y el gerente de Cepyme por un delito de estafa y falsedad en los años 2010, 2011 y 2012.

Tres empresarios de Salamanca presentaron una denuncia tras conocer que dos empresas de Terciado en Ávila, donde tiene su actividad empresarial, facturaron a Cepyme un total de 313.320 euros por trabajos no realizados. En octubre del 2012, Terciado negó ante el juez que ello fuera su sueldo.

Uno de los que puede ser designado como relevo es el vicepresidente de Cepyme Antonio Garamendi, el único rival, por ahora, que tiene Rosell ante las elecciones internas que ayer puso en marcha la junta directiva. Hasta el 10 de diciembre se pueden presentar candidatos.