La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha defendido este lunes la neutralidad tecnológica como parte del proceso de transición energética, pero con matices, puesto que hay un objetivo establecido por Bruselas de alcanzar el año 2050 con cero gramos de emisiones de CO2 y eso no se consigue si no hay cambios, dijo. "Sí a la neutralidad tecnológica, pero ojo con hacer trampas al solitario", apuntó Ribera.

La ministra, que presidió la XXIX edición de los Premios de la Energía organizada por el Club Español de la Energía, puso como ejemplo el sector de la construcción en el que "a nadie se le ocurre apostar por la neutralidad tecnológica para volver al amianto", para poner de manifiesto que si bien la neutralidad tecnológica es importante, "eso no significa que valga todo".

Ribera, que confirmó que este viernes se aprobará el paquete de energía y clima en el que se incluye el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), el anteproyecto de ley de cambio climático y transición energética y una estrategia de transición justa, pidió a los allí presentes y al resto de la sociedad que este paquete sirva para abrir un debate sobre la transición energética pero lejos de "la demagogia, el paternalismo y la política de la avestruz".

"Es verdad que no hay nada escrito en piedra, por el camino tenemos que aprender todos", agregó Ribera, en clara alusión al consejero delegado de Endesa, José Bogas, que la semana pasada dijo que "tener un plan -en relación al PNIEC- es algo bueno porque te ordena la cabeza, pero no puede estar escrito en piedra". Y defendió, que desde su llegada al Gobierno, en junio del 2018, tuvieron que hacer frente a asuntos "complejos, difíciles o molestos que no tenían margen para esperar más" que se encontraron "debajo de la alfombra". "Había que proponer un panorama estratégico que nos permitiera ir solventando con tiempo, sin sorpresas y con anticipación un proceso que no es fácil para nadie pero está lleno de oportunidades si se manejan bien", remachó.