Toshiba ha registrado pérdidas por importe neto de 532.500 millones de yenes (4.537 millones de euros) en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal, lo que supone un resultado un 11% peor que el registrado en el mismo periodo del ejercicio anterior, según las cuentas sin auditar que ha publicado tras dos aplazamientos del conglomerado industrial japonés, que ha reconocido las «dudas sustanciales» sobre su viabilidad futura.

Entre abril y diciembre del 2016, la multinacional registró pérdidas operativas por importe de 576.280 millones de yenes (4.910 millones de euros), lo que supone agravar el 148% sus números rojos en el mismo periodo del ejercicio precedente como consecuencia de una amortización de activos de su negocio nuclear por importe 716.600 millones de yenes (6.104 millones de euros). En el tercer trimestre, Toshiba registró pérdidas netas de 647.800 millones de yenes (5.518 millones de euros), un 25,4% más que un año antes, mientras que sus pérdidas de explotación sumaron 673.100 millones de yenes (5.734 millones de euros), casi quintuplicando sus pérdidas operativas del tercer trimestre del ejercicio 2015-2016.

Toshiba, que ha presentado sus cuentas después de dos aplazamientos y sin contar con el aval de su auditor, la firma Pricewaterhouse Coopers Aarata, ha reconocido la existencia de «condiciones y eventos materiales que cuestionan de forma sustancial la capacidad de la compañía de seguir con su actividad». La japonesa señala que a 31 de diciembre el patrimonio consolidado atribuible a los accionistas de la firma sumaba 225.700 millones de yenes (1.922 millones de euros), con activos consolidados alcanzaban los 29.900 millones de yenes (255 millones de euros), mientras el endeudamiento alcanzaba los 1,38 billones de yenes (11.830 millones de euros).

La decisión de Toshiba de publicar sus cuentas sin el respaldo de su auditor coloca al gestor de la Bolsa de Tokio ante la encrucijada de decidir si excluye las acciones de la compañía de negociación.