En ocasiones hablamos sin pensar muy bien lo que decimos, con frases hechas cuyo valor no nos planteamos. Podemos exclamar "que sea lo que dios quiera" sin que ello implique que seamos creyentes. O, refiriéndonos al mercado, podemos echar mano del socorrido "jornada de transición" para describir una sesión en la que no ha pasado gran cosa porque los inversores están pendientes de algún acontecimiento que va a suceder. Ayer, sin ir más lejos, fue una de estas jornadas. Sin embargo, transición, según la RAE, significa "acción y efecto de pasar de un modo de ser o estar a otro distinto", y también "cambio repentino de tono y expresión". ¿Pero nos encontramos a punto de presenciar una modificación radical en el ánimo del mercado? Pues no tiene pinta.

Sin grandes referencias macroeconómicas, los inversores quedaron a la espera de la intervención hoy de la nueva presidenta de la Reserva Federal en el Senado estadounidense. El Ibex 35, de nuevo, se colocó como la mejor de las grandes bolsas europeas, aunque no pudo evitar registrar unas ligeras pérdidas a pesar de la buena apertura de Wall Street tras anunciarse el mejor dato de viviendas nuevas en Estados Unidos en cinco años. Tras cinco jornadas al alza y en zona de máximos en más de un mes, cayó, así, un 0,18%, a los 10.224,3 puntos, con las empresas que presentaron resultado cotizándolos de forma muy dispar, mientras que la prima sobrepasó los 190 puntos.