El Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) ha reconocido la primera muerte derivada del amianto en la factoría de General Motors (GM) en Figueruelas. Según considera acreditado la sentencia --que ratifica la del Juzgado de los Social número 4 de Zaragoza, al no admitir el recurso de la Seguridad Social--, la exposición al asbesto le provocó, tras un periodo de latencia de unos 25 años, un derrame pleural izquierdo maligno por mesotelioma (cáncer de pulmón) que acabó por causarle la muerte en diciembre del 2011. El trabajador, L. T. B., le fue concedida la incapacidad temporal cuatro meses antes.

La familia, representada por la letrada Susana Tirado, inició una demanda contra la mutua Fremap, la Seguridad Social y GM, cuyo objeto fue únicamente el reconocimiento de la dolencia como enfermedad profesional. La responsabilidad de la empresa, si la hubiera, deberá acreditarse en otro procedimiento.

Según la sentencia de primera instancia, avalada por la Sala de lo Social del TSJA, el trabajador desempeñaba su labor de mecánico del automóvil en GM desde 1983, en la sección de garaje. Sin embargo, en los días en que la carga de trabajo en esa sección era menor, entre 1983 y 1986, pasaba a la sección de chasis, donde lijaba zapatas de freno para ajustarlas al tambor. Estas contenían amianto, y el polvo generado era eliminado por soplado. "El señor T. no recibió orden alguna relativa a precaución en esa actividad de lijado de zapatas, ni usaba mascarilla", recoge el escrito. Además, ambas naves --garaje y chasis-- estaban unidas por una puerta abierta de considerables dimensiones.

En 1984, Mapfre amieitó un informe de medición que reflejaba que la concentración de amiantos estaba dentro de los límites permitidos, con 0,1 fibras por centímetro cúbico en el aire. Dos años después, el informe de Inspección de Trabajo destacaba que pese a que "no existen trabajadores que puedan considerarse como potencialmente expuestos", sería conveniente adoptar ciertas medidas, como la inscripción en el Reglamento de Empresas con Riesgos por Amianto (RERA), la eliminación del material en las zapatas --se hizo ese mismo año-- o reconocimientos médicos periódicos.

PRUEBAS

La empresa no llegó a inscribirse en el RERA, por acuerdo de la patronal del automóvil, y tras dos avisos remitió en el 2006 un listado de trabajadores que habían trabajado en las naves donde se manejaba amianto. En él no figuraba L. T. B., ni tampoco en el registro voluntario que hizo el comité.

Para el juez, los testimonios de varios excompañeros fueron convincentes en cuanto a que los trabajadores de garajes desempeñaban también tareas en chasis. No consideró relevante que los niveles de amianto fueran los permitidos.